Telefónica cerró la cortina y devolvió todo su espectro en 2021, mientras que AT&T hizo lo propio cuando devolvió una parte en 2022 y otra en 2023. La explicación que han dado los operadores es la misma: sencillamente tener espectro en México es demasiado caro.
Esa premisa también es la que sostiene ahora el Instituto Federal de Telecomunicaciones, al mismo tiempo que asegura que hay segmentos del espectro que cuestan hasta 96% más caro que sus contrapartes en otras latitudes del planeta. El problema es grande porque produce que jugadores pequeños no puedan consolidarse como operadores, que jugadores medianos como Telefónica y AT&T constantemente tengan que devolver espectro, y que los grandes jugadores como América Móvil sean los únicos que consiguen rentabilidad.
"El nivel actual del pago de derechos representa una barrera a la entrada de nuevos operadores y la expansión de los actuales jugadores" se lee en el comunicado del IFT con motivo de los resultados del estudio de mercado sobre los costos del espectro radioeléctrico. En el documento el IFT hace un llamado para que el congreso disminuya los costos del espectro en México.
Espectro caro en México
"Para asumir la totalidad de sus costos, incluyendo el pago de derechos del espectro, un operador deberá alcanzar una participación cercana al 25% del mercado móvil", asegura el IFT. En México únicamente Telcel tiene más de un cuarto de la población como usuaria.
No solo la competencia se ve afectada, también los bolsillos del erario. Según el IFT, México ha dejado de percibir cerca de 13,000 millones de pesos de 2020 a la fecha por la decisión de los operadores de devolver espectro.
Advertencias las hemos tenido antes. En un análisis en abril de 2022 la consultora de telecomunicaciones, The CIU, ya adelantaba que los operadores deben dedicar entre el 22% y el 30% de sus ingresos a pagar los derechos anuales de uso de espectro. La comparación con otros países da matices a la situación: hay regiones del mundo donde los operadores dedican al pago de espectro apenas el 6% de sus ingresos.
El ejemplo más reciente en la delicada situación con espectro en México es el caso Altán. Apenas en julio pasado su director, Carlos Lerma, dijo a El Economista que para que la empresa pudiera ponerse al corriente con las ofertas 5G una estrategia viable podría ser la de rentar espectro directamente a Telcel o a AT&T. "Creo que en todos los sectores uno tiene que aprovechar la infraestructura que ya está instalada. Aprovechar las economías de escala y hacer eficiencias con otros operadores y otros socios comerciales", dijo Lerma.
El Instituto Federal de Telecomunicaciones da la muy evidente solución: el costo del espectro debe bajar en México. Entre los beneficios estaría incentivar la participación de nuevos competidores, más ofertas y menores precios a cliente final. Pero los precios no deberían bajar por igual, sino que los beneficiados inmediatos deberían ser los operadores que tienen a menos clientes. El IFT lo detalla de la siguiente manera:
Se recomienda establecer un esquema de cobro progresivo consistente en mantener los derechos en los niveles actuales para aquellos operadores que tengan participaciones de mercado superiores a 25% (escala mínima) y disminuir los derechos a los niveles de referencias internacionales para aquellos operadores que tengan una participación menor a ese umbral.
Disminuir los precios solo para los operadores más pequeños no solamente establecería un piso más parejo, sino evitaría convertirse en un problema para el erario puesto que no habría baja en los costos para el operador principal. Así, Telcel sería el único que seguiría pagando altas cuotas por el espectro que posee bajo la lógica de que es el operador más robusto y con mayor concentración de usuarios y ganancias.
El estudio completo de costos de espectro puede consultarse en la página del IFT.
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