Taiwán enfrenta un nuevo episodio de tensión con China, esta vez relacionado con la ruptura de un cable submarino de internet. Según The New York Times, el incidente ocurrió al noreste de la isla y las autoridades taiwanesas sospechan que un barco vinculado a China, identificado como el Shunxin 39, pudo haber causado los daños.
El cable afectado, conocido como Trans-Pacific Express Cable, es uno de los que mantienen a Taiwán conectado al mundo digital. A pesar de que las comunicaciones fueron redirigidas sin interrupciones importantes, el hecho ha encendido alarmas en un contexto de creciente tensión debido a la presión de China sobre la isla autónoma.
Un barco bajo sospecha y declaraciones contradictorias
La Guardia Costera de Taiwán interceptó el barco sospechoso, registrado tanto en Camerún como en Tanzania y propiedad de una empresa de Hong Kong llamada Jie Yang Trading. Según Reuters, el buque estaba tripulado por siete ciudadanos chinos y permaneció en la zona donde se detectaron los daños desde diciembre hasta principios de enero.
Sin embargo, el director de Jie Yang Trading, Guo Wenjie, negó cualquier relación con el incidente y afirmó que el barco seguía “procedimientos normales”. "No hay evidencia en absoluto", declaró a Reuters, aunque confirmó que el buque estaba en el área en el momento de los daños. Por su parte, la Oficina de Asuntos de Taiwán de Beijing calificó el hecho como un “accidente marítimo común” y destacó que este tipo de incidentes ocurren más de 100 veces al año a nivel mundial.
Según CNN, los daños al cable submarino revivieron las preocupaciones sobre las tácticas de la "zona gris" de China, estrategias no militares destinadas a desestabilizar a Taiwán sin provocar una confrontación directa. Estos incluyen desde sobrevuelos de aviones hasta incidentes marítimos como el actual. Expertos como Su Tzu-yun, del Instituto de Investigación de Defensa Nacional y Seguridad de Taiwán, advierten que los sabotajes a cables submarinos podrían ser ensayos para futuros bloqueos más amplios. Su señaló:
"Cortar estos cables afectaría gravemente la economía digital y la conectividad internacional de Taiwán"
No es la primera vez que ocurre este tipo de eventos. En 2023, dos cables submarinos que conectan a Taiwán con las islas Matsu resultaron dañados e interrumpieron el internet de sus 14,000 residentes. Las investigaciones señalaron a barcos chinos como los responsables, aunque no se encontró evidencia de una acción deliberada.
El caso taiwanés no es único. Según CNN, incidentes similares ocurren en otras regiones, como el mar Báltico, donde cables submarinos y gasoductos han sido dañados bajo sospecha de sabotaje. En noviembre, la policía sueca abordó un buque chino en el estrecho de Kattegat como parte de una investigación por la ruptura de cables de fibra óptica y un gasoducto en la región.
Tom Shugart, un experto en seguridad marítima del Centro para una Nueva Seguridad Estadounidense, destacó a CNN que estos incidentes dejan ver las vulnerabilidades de los cables submarinos.
"Este será un tema bastante complicado para la policía, ya que la mayoría de estos cables pasan por aguas internacionales donde el derecho internacional tradicional sólo permite su control en zonas muy limitadas"
La respuesta de Taiwán: satélites y simulaciones
En respuesta a estos desafíos, el gobierno taiwanés ya comenzó a explorar opciones de comunicación alternativa. Según CNN, Taiwán está trabajando con empresas como OneWeb y el Proyecto Kuiper de Amazon para implementar satélites de órbita baja que actúen como respaldo en caso de interrupciones en los cables submarinos.
Además, el gobierno ha realizado ejercicios de simulación que incluyen escenarios de escalada militar y cortes de comunicaciones internacionales. Esto busca garantizar que Taiwán pueda mantener la estabilidad informativa y económica frente a posibles emergencias.
Cabe mencionar que la ruptura de este cable submarino no solo afecta a Taiwán, sino que tiene implicaciones para la conectividad global, dado que el Trans-Pacific Express Cable también se enlaza con Corea del Sur, Japón, China y Estados Unidos. Un alto funcionario de seguridad taiwanés, citado por Reuters, advirtió que estas tácticas podrían extenderse a infraestructuras críticas de otros países en el futuro.
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