Este fin de semana he decidido quedarme en casa para resolver varios asuntos pendientes y también contar con un espacio para descansar. Una de las decisiones que tomé fue sentarme frente al televisor y buscar algo divertido que ver.
A pesar de contar con el televisión de paga, y cientos de canales, mi decisión más acertada fue abrir en la TV la aplicación de Netflix y buscar algo mucho más interesante que la oferta tradicional.
Este hecho me hizo pensar acerca del futuro de la televisión, y donde el consumo de contenidos de video será exclusivamente de pago. Dejando de lado el método de contenido programático.
Para algunos la televisión se ha estancado demasiado en las últimas décadas, y en nuestro país, con un duopolio televisivo el estancamiento ha sido mayor. La variedad de contenidos ha sido muy pobre. Algunos tienen la confianza de que una tercera cadena de televisión logrará hacer una diferencia, pero yo considero que no.
Nuestros hábitos están cambiando y el sentarnos a ver contenido preestablecido ya no forma parte de nuestros deseos como consumidores. Por lo que adoptar un modelo de consumo mucho más flexible será el futuro de la industria.
Este futuro será provisto exclusivamente por Internet, donde el usuario podrá sentarse en su cuarto de TV y elegir con el control remoto (o su Smartphone), de todas las opciones disponibles, los contenidos que desea ver en ese momento.
Lo que implicará que nosotros como consumidores tendremos la posibilidad de interactuar con el televisor como nunca antes, incluso recibir publicidad personalizada a nuestros hábitos de consumo o necesidades. Sin embargo, nada de esto será gratuito.
Ante este escenario la adopción de la banda ancha en los hogares será el primer gran obstáculo para la población. Ya que sin él no podremos disfrutar de la experiencia que nos podrá dar la nueva televisión. De ahí, veremos la masificación de diferentes proveedores de contenidos.
Que al igual que en la televisión de paga, cada proveedor (Hoy lo conocemos como canal) podrá terminar especializándose en algún tipo de contenido: Deportes, Infantil, películas, etc. Lo que traería como consecuencia que deberemos pagar por acceder a cada contenido.
Parte de este panorama ya empieza a ocurrir tanto con el video y audio bajo demanda, un claro ejemplo es Chivas TV, donde cada proveedor empieza a centrarse en cierto contenido (y a ofrecer contenido exclusivo), lo que nos obliga a tener que pagar dos o más membresías de manera simultanea.
Así, al igual que ha ocurrido con los periódicos y revistas, veremos la especialización en espacios como el Cine, que terminarán vendiendo más la experiencia, frente a la exclusiva de tener el último estreno en su cartelera. Casos como este, ya lo tenemos presente con Cinépolis Klic, quien ofrece estrenos apenas un par de semanas después de aparecer en su cartelera.
Porque las productoras de contenido en medios digitales crecen cada día e incluso empiezan a firmar contratos con las productoras tradicionales para llevar su contenido a la TV de paga. E incluso, dan la posibilidad de descargar por algunos días la información para verlo cuando lo deseemos y el dispositivo que tengamos enfrente.
¿Cuál será el futuro de la publicidad en televisión?
La publicidad en la televisión tiene cierto sabor agridulce, de manera personal, creo que te brinda la posibilidad de hacer una segunda actividad mientras disfrutas de tu contenido. Sin embargo, en otras solo es una molestia cuando quieres disfrutar de él de manera continua.
Pero, como ya ha ocurrido en el audio por streaming, las personas ya no compran (o bajan gratis) música a sus dispositivos, ni personalizan sus playlist. Ahora, con una membresía de unos cuantos pesos tienen acceso a cualquier canción, playlist que personalizan en línea, dejando de lado la necesidad de ser propietario del contenido.
Eso mismo podría pasar en el futuro con la televisión, donde a costa de disfrutar una mayor personalización y darle más poder al usuario, el costo que traerá consigo será una de sus consecuencias. O tal vez surga la compañía que intente replicar el modelo de TV tradicional en Internet para llevar contenido gratuito (así como spotify lo ha hecho con su servicio gratutio)).
Consecuencia que será aceptada por muchos de nosotros frente a la posibilidad de cambiar de dispositivo y seguir disfrutando de nuestra información. Siempre y cuando tengamos una conexión a Internet de alta velocidad.
Así, por unos pesos más al mes, nunca más sufriremos con la idea de “No hay nada interesante para nosotros en TV”
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