La mayor parte del tiempo, nosotros esperamos tener una clase de relación utópica con la tecnología, gracias a que generalmente nos resulta beneficiosa y ésta se desarrolla en pro de una mejor calidad de vida, pero no siempre tiene los resultados esperados.
La serie nos invita a mirar en una posible realidad, pero no se trata de la única serie con un futuro tecnológico distópico, ya que hay una que no sólo nos permite ver una, sino varias realidades donde uno o varios aspectos que vivimos hoy, evolucionan de una mala manera: "Black Mirror".
En esta serie no se tiene una trama fija, ya que durante cada episodio se abarca un aspecto diferente de la tecnología (IA, redes sociales, realidad virtual/inmersiva, hacking) e incluso se atreve a explorar lugares que aún no se conocen, como dispositivos para grabar/reproducir todo lo que vemos y tenemos en nuestra memoria.
Cada uno de los miedos, o posibles malos resultados por seguir encaminados en la senda donde nos encontramos, es investigado con un gran detalle, y, tal vez, con gran precisión, dejando detrás de cada capítulo una forma de "reflexión".
Con un total de siete episodios (tres de la primera y cuatro de la segunda temporada) de una duración entre 45-60 minutos, cada uno se convierte en un cortometraje que puede reflejar las inconveniencias de la tecnología y su continuo desarrollo, dejándonos con la esperanza de que ninguno de ellos se llegue a convertir en realidad.
Además de esto, Netflix ha anunciado una tercera temporada, la cual consistirá de 12 capítulos y será estrenada el 21 de octubre.
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