Parece ser que la situación de Huawei en verdad ha comenzado a relajarse, un poco. El gobierno de Estados Unidos ha concedido una licencia para que Microsoft exporte su software a Huawei, es decir que los negocios entre ambas compañías tienen permiso oficial para continuar.
El reporte viene de Bloomberg, y dice:
El 20 de noviembre, el Departamento de Comercio de Estados Unidos concedió la solicitud de Microsoft de una licencia para exportar software de mercado masivo a Huawei
Un portavoz de Microsoft menciona que "están agradecidos con la respuesta del departamento a su solicitud. El detalle está en que no se especifica a qué se refiere la firma de Redmond con "software de mercado masivo", pero teniendo en cuenta que Huawei tiene su línea de portátiles Matebook, es de imaginar que se trata de licencias de Windows y Office, como señalan en The Verge.
Esta situación permitiría que Huawei pueda lanzar nuevos productos de su línea Matebook de laptops. De hecho, uno de los primeros afectados del veto fue un portátil de la serie que debió ser presentado en el CES Asia 2019 de junio pasado, pero debido a la tensa situación con Estados Unidos, su llegada fue pospuesta.
Sin más detalles que reportar por ahora, es cuestión de esperar por quizás más buenas noticias para Huawei. Microsoft se convierte en la primera compañía en recibir una licencia de comercio, de las más de 200 solicitudes que el gobierno de Donald Trump ha recibido. No se sabe si entre ellas está Google, y en caso de recibir la licencia, cómo afectará a la actual situación del Mate 30 sin Google Mobile Services y los futuros lanzamientos de la compañía, es decir la serie P40.
Por otro lado, está también la tercera prórroga concedida a Huawei por Estados Unidos, que brinda 90 días más para que los proveedores de telecomunicaciones puedan hacer los cambios de infraestructura necesarios para dejar de usar la tecnología del titán chino.
Es un escenario que comienza a verse bien para Huawei, pero no por eso debe relajar la presión ante la administración Trump. En cualquier momento puede volver a tornarse feo, incluso más de lo que ya estaba, si el presidente de Estados Unidos así lo decide.