El pasado miércoles, un creador de contenido llamado David Millette interpuso una demanda colectiva en contra de Nvidia por "enriquecimiento ilícito y competencia desleal" al usar sus videos de YouTube para entrenar a la inteligencia artificial (IA).
Esta noticia llega tan solo dos semanas después de que el youtuber demandara a OpenAI por usar "medios automatizados" para tomar más de un millón de horas de video de YouTube con los cuales entrenar a sus modelos de IA.
En la demanda se cita un artículo de 404 Media, el cual afirma que Nvidia utilizó software en servidores comerciales para evadir la detección de YouTube y descargar "aproximadamente 80 años de contenido de video por día" para entrenar a su modelo de inteligencia artificial, Cosmos AI.
El artículo citado también recoge el testimonio anónimo de un exempleado de Nvidia, quien aseguró que la empresa no solo extrajo videos de YouTube, sino también de Netflix y otras fuentes en línea.
Millette califica esta práctica como "injusta, inmoral, poco ética, opresiva, inescrupulosa o perjudicial para los consumidores” y solicita una orden judicial contra el uso no autorizado de sus videos y otros daños y perjuicios.
Cabe aclarar que, de acuerdo con Legal Dive, en ninguno de estos documentos, Millette alega infracción a los derechos de autor. Algo que sí hicieron medios como The New York Times en contra de OpenAI y Microsoft el año pasado.
"Todos son libres de aprender hechos e ideas de fuentes disponibles públicamente", respondió Nvidia el viernes, y agregó que "crear obras nuevas y transformadoras no solo es justo y equitativo, sino que es exactamente lo que nuestro sistema legal fomenta".
La IA en el ojo del huracán
Los medios para extraer información con la cual entremar modelos e IA han sido muchas veces blanco de cuestionamiento. En abril, The New York Times informó que OpenAI creó una herramienta de reconocimiento de voz llamada Whisper para transcribir vídeos de YouTube tras haber agotado su suministro de texto en línea.
Sin embargo, aún no hay una legislación clara acerca de la recopilación de datos en línea (también llamada scraping) para este fin, por lo que no se considera aún como “uso ilegítimo”. Esto deja en una muy difícil situación a las acusaciones contra los gigantes tecnológicos por infracción a los derechos de autor.
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