No, su misión no es prevenir el Tercer Impacto ni defender a la humanidad del feroz ataque de kaijus o extraterrestres. Este robot cumple una tarea un poco más mundana, pero igual de importante: dar mantenimiento a la infraestructura ferroviaria de Japón.
Se trata de un enorme robot humanoide propiedad de la empresa West Japan Railway. Cuenta con dos grandes brazos terminados en pinzas, que le sirven para agarrar objetos de hasta 40 kilogramos. Además, se le pueden acoplar accesorios como un pincel, una motosierra y otras herramientas para realizar su trabajo.
El "mecha" no posee piernas. Su torso está unido a un camión con un brazo hidráulico que le permite un alcance vertical de 12 metros. Dentro del camión, que se desplaza sobre los rieles, se encuentra su operador. Mediante unas gafas de realidad aumentada, esta persona puede ver lo mismo que el robot humanoide ve a través de las cámaras que posee en su diminuta cabeza y así controlarlo de forma remota.
Kazuaki Hasegawa, presidente de West Japan Railway, dijo para The Japan News que esta tecnología "permite a los operadores mover el robot como si estuvieran haciendo el trabajo ellos mismos”.
Por ahora, las funciones de este gigante consisten en podar las ramas de los árboles a lo largo de los raíles y pintar los marcos de metal que sostienen los cables por encima de los trenes.
En declaraciones para The Japan Times, Hasegawa dijo que "en el futuro, esperamos utilizar máquinas para todo tipo de operaciones de mantenimiento de nuestra infraestructura". La compañía ya estudia la posibilidad de ampliar el número de unidades en uso y eventualmente comercializarlas a otras empresas.
El invierno demográfico de Japón
Con la introducción de su “nuevo empleado”, West Japan Railway espera reducir un 30% su necesidad de mano de obra. Recordemos que Japón posee una de las tasas de natalidad más bajas del mundo. En contraste, la esperanza de vida es muy alta y la población envejece muy rápido.
Así, ante la falta de trabajadores, muchas empresas del país del sol naciente han tenido que recurrir a robots para realizar el trabajo. Hace algunos años, la compañía constructora Obayashi utilizó únicamente robots controlados de manera remota para edificar una presa.
En 2020, cuando comenzó el proyecto, la empresa vaticinaba que el empleo de robots aumentaría la productividad en un 10% y reduciría el tiempo de construcción hasta en un 30%.
Este sector, el de la construcción, es uno especialmente afectado por el invierno demográfico. Tan solo en 2020 se contabilizaba que el 35% de los trabajadores de dicho rubro tenía más de 55 años. Esto hacía que los obreros fueran más susceptibles a accidentes laborales y limitaba las tareas que podían realizar.
Para paliar el problema, el gobierno japonés ha recurrido a toda clase de estrategias. Una de ellas consiste en pagar a las parejas que se animen a tener hijos y, además, a mudarse a otras regiones fuera de Tokio. La sobrepoblación de la capital nipona es otra gran crisis en el país.
De acuerdo con CNN, en enero de 2023, el primer ministro, Fumio Kishida, advirtió que Japón estaba “al borde de no poder mantener las funciones sociales” debido a la caída de la tasa de natalidad. Kishida fue tajante y dijo a los legisladores que el problema debía tratar de resolverse “ahora o nunca”.
Imagen de Portada | West Japan Railway.
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