Bienvenidos, llegaron al post que les dará pesadillas y no los dejará dormir esta noche. Pero dejemos de lado un poco la parte tétrica del asunto y centremos en la parte tecnológica, que aunque no lo crean (y no parezca) es sumamente interesarte y relevante para el futuro de los robots y su interacción con los seres humanos.
Les presentamos a Affetto, un robot con forma de niño que ha estado en desarrollo durante los últimos ocho años por la Universidad de Osaka, en Japón. El objetivo de este pequeñín es crear una plataforma animatronica que sea capaz de expresarse por medio de movimientos en el rostro, como ojos y boca, como si fuese un niño de siete años.
Y así es como empezó la rebelión de las máquinas
Entre las nuevas capacidades de Affetto nos encontramos con la capacidad de "sentir" dolor. Vamos, no es que lo sienta, pero sí es capaz de hacer gestos como si estuviera sintiendo "dolor". Lo más "interesante" de esto es que para poner a prueba todo esto, los científicos japoneses decidieron aplicar pequeñas cargas eléctricas al robot para ver cómo reaccionaba.
Hoy día Affetto tiene pelo, piel artificial de silicona y una nueva y avanzada capacidad de hacer expresiones faciales gracias a la incorporación de nuevos actuadores neumáticos. Estos actuadores son los que precisamente permiten la distorsión de la piel como si fuesen músculos faciales.
A pesar de lo aterrador que suene que unos científicos electrocuten un robot con forma de niño, todo tiene una razón y porqué. El objetivo es desarrollar una forma para que los robots "perciban, reconozcan y reaccionen al dolor". Vamos, el robot no necesariamente experimenta la descarga de una manera negativa, pero en caso de un escenario real donde dicho robot se enfrente a una descarga eléctrica, esto permitiría que los humanos a su alrededor perciban que algo está mal con él y actúen en consecuencia.
Es decir, en lugar de meter alertas o notificaciones en caso de fallas, los responsables de Affetto buscan que los robots sean lo más parecidos a los humanos, que incluso reaccionen al dolor como lo haríamos nosotros. Y es que afirman que los humanos no suelen reaccionar de forma negativa e inmediata cuando un robot o una máquina envían una notificación ante la presencia de una posible falla.
Según los investigadores, que un robot sea capaz de identificar y trasmitir el "dolor humano", hará que las personas a su alrededor sean más empáticas y lo protejan ante escenarios de riesgo, ya que, según sus estudios, los humanos reaccionan de mejor forma ante un robot con aspecto humano y más si transmite "emociones" con las que sienten cierta familiaridad.
Los responsables de Affetto afirman que al poder "comprender" el dolor y la incomodidad, un robot tendría, al menos en la teoría, la capacidad de identificarlo en los humanos, y así poder reaccionar en consecuencia para proporcionar no sólo asistencia física, sino incluso apoyo emocional cuando se necesite.
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