La tecnología de las neuroprótesis ha avanzado con el paso de los años, pero aún no es lo suficientemente accesible para la gran mayoría de la población. El MIT junto con la Universidad Jiao Tong de Shangai diseñaron una prótesis inflable que cuesta alrededor de 500 dólares en componentes y permite incluso que las personas amputadas puedan sentir.
A pesar de existir actualmente muchas prótesis biónicas articuladas capaces de replicar movimientos precisos y sensaciones del miembro amputado, tienen por su construcción un costo millonario y son demasiado pesadas.
Así funciona la prótesis inflable
Esta mano robótica inflable, hecha de un material elástico llamado Ecoflex que funciona sin motores eléctricos, pues ocupa un sistema neumático que se encarga de inflar con precisión para doblar los dedos, usando un principio similar a un globo. Con esta mano, es posible desde acariciar a un gato, vaciar un cartón de leche o tomar algo delicado como una copa o un helado sin romperlo.
El dispositivo, se encarga de captar e interpretar las señales electromiográficas (EMG), (impulsos eléctricos generados por el músculo al estirarse y contraerse) para reaccionar al movimiento que el usuario se está imaginando.
La mano inflable también permite al usuario sentir
La prótesis que pesa alrededor de 300 gramos solamente, puede devolverle parcialmente la percepción al usuario, pues incluye en los dedos unos sensores de presión que captan el objeto con el que se está interactuando y envían una señal eléctrica al muñón de la persona. Con esto, se puede captar la diferencia de presionar algo con el pulgar que con el dedo índice.
Los primeros voluntarios no tardaron mucho en aprender a manipularla, pues 15 minutos después de usarla por primera vez, se encontraron escribiendo usando una pluma y apilando fichas. Hasta ahora, el equipo a cargo de la prótesis ha logrado simular cinco de los agarres más comunes, que incluyen pellizcar dos y tres dedos juntos, hacer un puño cerrado o ahuecar la palma.
Por su construcción, esta mano es bastante duradera, pues se puede recuperar fácilmente tras un golpe de martillo o incluso de pasarle un auto encima.
El producto aún no es comercial, pero el profesor Xuanhe Zhao, uno de los ingenieros que trabajó en el proyecto señaló que existe un gran potencial en esta prótesis, y agregó que ya se trabaja en la mejora del diseño, optimizar la decodificación de entradas eléctricas y en hacerlo más personalizable para el momento en que llegue su etapa de producción en masa.