OpenAI, la startup tecnológica estrella del momento por estar detrás de ChatGPT, el juguete estrella de internet, fue co-fundada por Elon Musk. El magnate detrás de SpaceX, Tesla y Twitter ahora tiene claro que la IA es "uno de los riesgos más grandes", una postura que contrasta notablemente con la perspectiva más benigna que Bill Gates ha dicho tener sobre las IA conversacionales.
Aunque la llegada de ChatGPT llega con promesas y capacidades sorprendentes, también lo hace "con gran riesgo", dijo Musk en el 'World Government Summit', un congreso sobre prácticas gubernamentales mundiales que se lleva a cabo en Dubai.
Regulación, por delante
Cuando se trata de grandes avances tecnológico o esquemas novedosos de negocio que incluyen tecnologías incipientes, no es un secreto que la regulación llega a destiempo. Ha pasado en todo el mundo con fintech, con la gig economy y, más recientemente, con el tema cripto. La perspectiva de Musk, retomada primero por CNBC, es que la regulación de las IA debería ponerse en marcha en este mismo instante.
"Creo que necesitamos regular la seguridad de la IA, francamente", dijo el multimillonario en su participación en la cumbre. "Creo que representan un riesgo más grande para la sociedad que los carros, los aviones o la medicina". Musk se dice consiente de que la regulación emprendida a tal nivel disminuiría la aceleración de las IA como ChatGPT y Bard, pero también dijo que es la opción más segura.
Google y Microsoft están en una carrera contra reloj para el lanzamiento oficial de los motores conversacionales y su integración a servicios. OpenAI históricamente ha colaborado con Microsoft y recientemente ambas empresas anunciaron que su colaboración continuará por varios años más con ayuda de una inversión multimillonaria para seguir desarrollando IA conversacional. Google, mientras tanto, ha acelerado en el desarrollo de su propia Bard para, eventualmente, integrarle en su navegador. Ambas IA han tenido errores en sus demos públicas.
Musk tuvo relación con las IA hace tiempo, aunque abandonó OpenAI hace muchos años. Musk dejó de pertenecer a la junta directiva de la empresa en 2018 y ya no tiene ninguna participación en la compañía. A decir del magnate, la idea de fundar OpenAI se basó, en parte, en que Google "no estaba prestando suficiente atención a la seguridad de las IA".
OpenAI, por su parte, fue fundada como una organización sin fines de lucro y con código abierto, pero ahora funciona distinto y es una empresa con ánimo de lucro y con código cerrado, también dijo Musk.