Que la junta directiva de OpenAI haya decidido no confiar más en el juicio de Sam Altman es una "medida drástica", escribió en X, antes Twitter, Elon Musk. Él continuó: "dado el riesgo y poder de la inteligencia artificial avanzada, el pública debe estar informado".
Puede que Musk tenga un punto, pero es indudable que la debacle que atraviesan OpenAI y Sam Altman le ponen en una posición muy ventajosa. Por meses, el magnate ha sido muy vocal sobre los potenciales peligros de los trabajos de OpenAI, una empresa de la que él mismo formó parte y de la que renunció en 2018. Musk también ha acusado a OpenAI del giro que tomó tras su renuncia, pues pasó de ser una organización sin fines de lucro y con código abierto, a una empresa privada y de código cerrado.
En términos de negocio, Musk se perdió de la explosión que consiguió OpenAI, así que los verdaderos motivos de la afrenta contra la empresa podrían ser mixtos. La participación de Musk en el tema no se queda en sus opiniones sobre OpenAI y ahora la exigencia de que los motivos del despido de Altman se hagan públicos, sino que apenas hace un par de semanas Musk lanzó su propia inteligencia artificial generativa de texto, de nombre Grok.
"Creo que representan un riesgo más grande para la sociedad que los carros, los aviones o la medicina".
Elon Musk, en el 'World Government Summit'.
No de la misma forma en la que para Altman, pero los últimos días de Musk también han sido tormentosos. Inversionistas de la talla de IBM y Disney han abandonado X por el potencial respaldo que Musk dio a un comentario antisemita en la plataforma.