Suiza lleva décadas como el refugio para las grandes fortunas: ahora debate si debe cobrar impuestos a los herederos

Ismael Garcia Delgado

Editor Jr

Comunicólogo y Periodista por la UNAM. Redactor, locutor, guionista y creador de contenido. Apasionado por la música ochentera, el cine de acción/sci-fi, series dramáticas y la literatura hispana. Fiel defensor del séptimo arte mexicano.

Entre el impuesto por Sucesiones y Donaciones y el impuesto sobre el Patrimonio, los multimillonarios han hecho de Suiza el lugar predilecto para llevar sus riquezas sin que nadie les mire mal. No por nada es "el paraíso fiscal"... o más bien ¿lo era?

Suiza está en el ojo del huracán. La banca helvética, caracterizada por la privacidad y protección de los activos de sus clientes, está envuelta en un debate sobre la posibilidad de introducir un impuesto sobre herencias para aquellos que posean más de 50 millones de francos suizos (aproximadamente 59 millones de dólares). Como advertencia, los multimillonarios consideran mudarse a otros países en caso de aprobarse.

Este no es el primer caso. Durante la cumbre del G20 en Brasil celebrada en julio, se discutió la idea de implementar un impuesto global del 2% sobre las grandes fortunas para financiar servicios públicos, según informa Expansión. Esta propuesta también se ha analizado en Europa.

Financiamiento contra el cambio climático. La iniciativa presidida por el ala juvenil de los socialdemócratas (Juso), busca sustentar iniciativas contra la crisis climática mediante los ingresos de este impuesto. Se argumenta que los más ricos, al beneficiarse del sistema económico, deberían aportar más para ayudar a mitigar los efectos que este provoca hacia el planeta.

En Suiza, el sistema de democracia directa permite a los ciudadanos votar sobre propuestas como la de aumentar el Impuesto de Patrimonio para las grandes fortunas. En este caso, se someterá a votación popular en dos años, no sin antes pasar por el proceso parlamentario y posibles contrapropuestas.

El gobierno como oposición. Sus críticos advierten que estos impuestos provocarán una fuga de capital y de personas con alto poder adquisitivo. Esto llevaría a una disminución de inversiones y un posible daño a la economía del país.

Además, hay una creciente preocupación por la pérdida de la neutralidad suiza, especialmente tras la guerra en Ucrania, y la fragilidad de su industria financiera afectada por el colapso de Credit Suisse. Se teme que la implementación de nuevos impuestos perjudiquen aún más la reputación del país y su estatus como refugio para los adinerados.

Sí hay ricos, pero no tantos. De acuerdo con un artículo de Bloomberg, Isabel Martínez, profesora en el Centro de Investigación Económica KOF ETH de Zurich, señaló que el nuevo impuesto afectará solamente a unos 2,500 contribuyentes con patrimonios superiores a 50 millones de francos, lo que representa apenas el 0.1% de la población.

Según el informe de Migración del Patrimonio Privado 2024 de Henley & Partners, en Suiza hay aproximadamente 427,700 millonarios. Un equivalente al 4.78% de la población total. Esto sugiere que, de someterse a votación popular, los millonarios tendrán una clara desventaja.

Un plan de prevención. Con la situación venidera, países vecinos han comenzado a implementar estrategias para atraer capital suizo. De acuerdo con EuropaPress, Italia ha duplicado la “tarifa plana” exenta de impuestos para extranjeros, elevándola a 200,000 euros. Por el contrario, España aplica un Impuesto de Patrimonio a quienes se hacen de grandes riquezas. Se cobra hasta un 3.5% para fortunas superiores a 10 millones de euros.

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