Las fake news es algo que siempre ha existido en el internet, pero con las elecciones en su momento de Estados Unidos y ahora en México hemos visto cómo son pieza clave en una guerra sucia entre prácticamente todos los candidatos. El Instituto Nacional Electoral (INE) mostró su preocupación desde inicios de año y solicitó la ayuda de Facebook, Twitter y Google para poder frenar ese flujo de información.
A pocas horas de las elecciones en México, una figura del mundo digital se está haciendo famosa Carlos Merlo, un mexicano dueño de Victory Lab, una empresa que se encarga de difundir noticias falsas y de crear tendencias en Twitter. Merlo menciona que en los últimos meses sus principales clientes han sido políticos, pueden pedir que se posicione un mensaje o generar contenido en contra de sus rivales.
Un personaje que asistió a los tres debates
En la entrevista señala que Victory Lab cuenta con 17 oficinas en todo el país con 15 o 20 empleados aproximadamente por zona. Indica que el perfil de sus trabajadores es de jóvenes que se la pasan generando contenido como memes, tuits o videos frente a una computadora, para muchos puede ser su primer trabajo, aunque la rotación es muy normal, ya que trabajan 12 horas y a los 6 meses prefieren buscar otra opción.
La manera en la que trabajan es por medio de cuentas de Twitter, señala que fueron compradas a agencias rusas y en sus oficinas solamente las modifican para que el perfil pueda coincidir al de un ciudadano mexicano. Cree que es un buen negocio ya que es algo que todas las agencias hacen, su precio solamente es de 25 centavos por cuenta y el pago se hace por PayPal.
Cuando se le cuestionó con qué políticos trabajó, solamente mencionó que trabaja únicamente con partidos políticos. Aunque menciona que su influencia es tan grande que asistió a los tres debates presidenciales, pero solamente entró en el primero por recomendación de sus socios. Para el último su equipo logró mandar un millón de mensajes en Twitter, un trabajo que es normal para ellos.
La manera en la que trabajan es sencilla, en el caso de Twitter todo su equipo escribe los diferentes mensajes en un archivo de Excel y por medio de un software se encarga de mandar todos los mensajes de manera automática, teniendo un impacto inmediato.
En el caso de las noticias falsas no han sufrido mucho de los bloqueos de Facebook, menciona que en lugar de tener un sitio con millones de seguidores, es mejor tener cuatro mil páginas encargadas de difundir este tipo de información, creen que es más fácil que las personas lo puedan creer.
En entrevista para Mundo Ejecutivo, Merlo cuenta como han trabajado en los últimos dos años para poder saber qué quiere la gente y crear mensajes que puedan llegar directamente. Cree que tienen el poder necesario para influir en las personas y cambiar el rumbo de las elecciones.
Lo mismo, pero más barato
El Digital Forensic Research Lab (DFRLab) decidió analizar la actividad de Victory Lab. Desde 2017 Merlo había realizado cuatro entrevistas importantes antes del reportaje de BuzzFeed, en abril habló con Univisión y en noviembre de 2017 con Expansión, para el 2018 charló en febrero con ADNPolitico y en abril directamente con El País. En todas las entrevistas nunca mencionó el nombre de alguno de los sitios falsos que maneja.
Cuando investigaron en el Facebook de Victory Lab solo encontraron sitios relacionados con Asia en las recomendaciones. En las publicaciones de del sitio donde mencionaban las entrevistas, todas contaban con cientos o miles de Me Gusta, pero curiosamente no existía otra reacción y menos un comentario, algo completamente extraño para el “impacto” que tenía. Al ver las cuentas de los Me Gusta encontraron usuarios con nombres asiáticos y en gran parte indios.
En la publicación con la entrevista de Expansión el resultado era lo mismo, muchos Me Gusta y ninguna otra reacción o comentario, la diferencia es que las cuentas ahora parecían brasileñas por los nombres de los usuarios. Eso se puede interpretar como que la misma empresa promocionaba sus publicaciones comprando Me Gusta en el extranjero, aunque eso no significa que lo haga también con sus clientes.
Para su cuenta de Twitter la mayoría de sus comentarios tenían muy pocos retweets, pero existía uno en particular con Cabify México, donde la empresa se ofrecía a desarrollar un botón de pánico para la aplicación. Ese mensaje recibió 356 retweets, 351 de esos usuarios tenían protegidas sus publicaciones.
En DFRLab escanearon la frase “Hola, @Cabify_Mexico nuestros” con la herramienta Sysomos y encontraron 351 menciones en un minuto. Un comportamiento similar al de un bot. Muchas cuentas tenían banderas de Estados Unidos con un nombre en inglés, curiosamente para el 25 de julio esas cuentas habían sido suspendidas.
Como parte de la investigación realizaron una búsqueda en Facebook de contenido relacionado con las elecciones y encontraron el sitio “Contra AMLO”. Para el 23 de abril compartieron un fragmento en video del primer debate, logrando 734 me gustas y la mayoría de comentarios eran por parte de usuarios brasileños. No existen pruebas para vincular el sitio con Victory Lab, pero señalan que la coincidencia es muy llamativa.
Ahora viene lo interesante, actualmente el sitio de Facebook de Victory Lab ya no existe, al parecer fue borrado, mientras su cuenta de Twitter fue suspendida.
Los bots son más humanos de lo que parecen
Verificado 2018 contactó a tres personas que trabajan en campañas políticas por medio de cuentas en redes sociales. El trabajo lo encontraron por medio de una publicación en Facebook que no daba muchos detalles y después de mandar sus datos son contactados para trabajar de inmediato sin recibir capacitación. Lo único que tenían que hacer era manejar cuentas ficticias de Twitter que en ese momento estaban diseñadas para el “manejo de crisis” de diferentes políticos.
Todos los trabajadores de esa empresa firmaban un contrato de confidencialidad para no mencionar nada de sus actividades. También eran responsables de crear cuentas de redes sociales y manejarlas todas de manera que pareciera que eran personas reales. Para crear todas esas cuentas contaban con una caja con puras tarjetas SIM y un teléfono sencillo donde recibían los mensajes de confirmación.
Para darle una personalidad a las cuentas usan imágenes que encuentran por internet, mientras la persona sea más atractiva en la imagen, más seguidores llegan solos y en el caso de las otras cuentas falsas también se siguen y terminan interactuando, con historias y vidas diferentes. Una de las personas entrevistadas mencionó que recibía un pago de 8,000 pesos al mes por el manejo y creación de cuentas.
Imagen | El País
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