No es un secreto para nadie que los wearables no terminaron por consolidarse, al menos no de la forma en que los pensamos desde el inicio. Huawei ahora inicia camino en la que es para México una nueva categoría de dispositivos wearables que se visten con sus EyeWear II Gentle X Monster, unas gafas "inteligentes" que tienen funciones añadidas propias de manos libres.
La apuesta es prometedora para ser la primera en su categoría, pero, al igual que los primos lejanos que se visten en la muñeca, podría no ser para todos.
Características técnicas
HUAWEI EYEWEAR II GENTLE X MONSTER | |
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PESO | 44.2 gramos en versión Smart Lang, que hemos probado. 48.1 gramos en versión Smart Myma; 45.45 gramos en versión Smart Kybo; 44.6 gramos, versión Smart Havana. |
TAMAÑO DE ALTAVOCES | Diafragma de 128 mm2 |
BATERÍA | 85 mAh |
CONECTIVIDAD | Bluetooth 5.2, NFC |
OTROS | Soporte para gestos, sonido estéreo, IP54 |
PRECIO | 9,999 pesos |
Eyewear II, unboxing y primeras impresiones en video
Un diseño vanguardista para hacerse pasar por unas gafas convencionales
Dentro de las Eyewear hay dos versiones graduadas y dos versiones para sol, de las cuales hasta el momento solo tenemos confirmada la llegada a México de estas últimas. En específico la versión a las que les hemos puesto las manos son las Smart Lang, una de las dos versiones oscuras para exteriores.
Las gafas son estéticas, muy atractivas, y con acabado brillante. Uno podría ver las Eyewear II Gentle X Monster Smart Lang y no saber que se está está ante unas gafas que la hacen de dispositivo. La clave parece estar en un diseño que si bien es sofisticado y elegante, no tiene nada techie que revele su naturaleza. El único aspecto que les delata es el grosor de esas patas, que si bien no es escandaloso, no parece apropiado para unas gafas a menos que escondan en su interior una serie de sensores con los cuales interactuar.
Esa es una buena noticia; no imagino a muchos usuarios deseando que sus gafas inteligentes tengan aspecto cyberpunk. Las gafas también sortean por la línea delgada del peso soportable en unas gafas, de forma que a pesar de los micrófonos, los altavoces y los sensores, Huawei ha hecho un gran trabajo de compactación y acumuló todo ello en solo 44.56 gramos.
Si bien el peso está por encima del promedio, los acostumbrados a las gafas para sol no tendrán problema alguno en usarlas por horas, antes de comenzar a sentir el peso sobre la nariz. Parte de la proeza también está en el revestimiento de las gafas con una aleación de titanio que si bien a simple vista puede pasar por plástico, ha sido seleccionado por su baja densidad y peso.
Los diafragmas de los altavoces son pequeñísimos, pues alcanzan apenas los 128 milímetros. Están colocados estratégicamente en la curvatura de las patas, justo encima de dónde deberían estar los oídos al colocarse las gafas. Dentro de las opciones luego de renunciar al formato de conducción ósea puede que sea la decisión más atinada, y a decir de Huawei, reduce la fuga de sonido hasta en 12dB.
Pero que nadie se confunda: aunque entre sus principales funciones está la reproducción de música, las gafas no pretenden reemplazar a los audífonos.
Dado el tamaño de los altavoces de las gafas, sería cuando menos complejo que un fabricante intentase ir directamente por el mercado de audífonos con nada más que unos lentes. Si se sospechaba ya, lo confirmo: las gafas no dan en ningún momento una sensación de aislamiento del exterior, por el contrario, la mezcla entre contenido a reproducir en altavoces y el sonido ambiental es muy natural, más incluso que la mezcla que me ha entregado el mejor de los audífonos con cancelación activa de ruido, habilitando la función de los micrófonos para escuchar el exterior.
La clave precisamente es que no existe un procesamiento artificioso para mezclar sonido multimedia del dispositivo y el sonido de los exteriores.
Pero claro, no pretendo desconocer que este es un propósito muy específico. No consigo obtener muchos casos por los que un usuario preferiría una mezcla natural de sonido multimedia y exterior, más que quizás algunos deportes al aire libre. Para el resto, sin duda unos audífonos competentes hará el trabajo.
¿Y la privacidad?
Huawei asegura que incorpora funciones como la regulación automática de volumen para asegurar la privacidad del usuario, sobre todo en llamadas. Es sin duda un punto a considerar dada la falta de conducción ósea como mecanismo de distribución para el audio, y aunque no imagino a muchos usuarios teniendo llamadas privadas en exteriores con las gafas, he de aclarar que esos altavoces no son, incluso con la función de regulación de volumen, la mejor manera de sostener una llamada privada.
Incluso a volumen medio, en entornos tranquilos, es perfectamente audible el contenido que se reproduce en las gafas. El máximo nivel de volumen es suficiente para que la persona más próxima a nosotros pueda saber sin problemas el contenido de nuestra llamada o audio multimedia, incluso en exteriores con presencia de sonidos ambientales.
La reproducción de sonido no es lo único que las gafas tienen de manos libres. Los dos micrófonos de silicio incorporados funcionan para contestar llamadas, en lo que es un proceso intuitivo y con muy buenos resultados. En varias llamadas ya mis interlocutores no han tenido problema para distinguir mi voz, incluso en ambientes con entornos sonoros si bien no escandalosos, tampoco tranquilos. Adiós a, mientras se usa audífonos, tener que descubrir un oído mientras se contesta una llamada para detectar si uno no está gritando; hola a las miradas extrañas quienes en la calle piensan que un sujeto con gafas oscuras habla solo.
Tenemos que hablar de la manipulación. Esencialmente todo tratamiento con interfaz se hace a través de gestos en las dos patas de las gafas. Con ayuda de la app AI Life, el usuario puede incluso personalizar cada gesto para que un desliz en el costado izquierdo no tenga como acción la misma que un desliz en el costado derecho. Por default las gafas tienen la siguiente configuración:
Costado derecho
- dos toques: pausar o reproducir
- deslizar hacia el frente: pasar a la siguiente canción
- deslizar del frente hacia atrás: retroceder canción
Costado derecho
- Un toque: convocar a asistente personal del smartphone vinculado
- deslizar hacia el frente: subir volumen
- deslizar hacia atrás: bajar volumen
La manipulación es mediante gestos debido a que los lentes no tienen botones físicos por ninguna parte. Mi temor inicial fue que la detección de lo gestos no fuera lo suficientemente precisa, o que el área destinada para hacerlos fuera tan breve en la longitud de las patas, que tuviera problemas para ejecutarlos. Nada más alejado, salvo el gesto de dos toques para reproducir (que debe hacerse con cierta fuerza), ninguno me ha obstaculizado dar indicaciones precisas a los lentes.
Una batería apta para no tener que cargar las gafas cada noche
Quizás el momento más incómodo de una prenda de vestir, es cuando hay que cargarla. Hemos de acostumbrarnos que si queremos formar parte de la fiebre wearable, tendremos que tener más bases de carga, más estuches, más cables. Con las Eyewear II no hay excepción, pues su carga inalámbrica solo puede hacerse a través del estuche que las contiene. El mismo estuche cuenta con una entrada de USB tipo-C al reverso para conducir la carga hacia los gafas.
Según Huawei, los 85 mAh de batería deberían ser suficientes para 42 horas de autonomía y hasta cinco horas de reproducción. En nuestras pruebas, hemos comprobado que a volumen medio las gafas pueden reproducir hasta ocho horas continúas de música, de forma que el estimado de las cinco horas de Huawei podría ser posible si el volumen se configura al máximo, indeseable desde luego según las anotaciones hechas.
Un nuevo wearable en el barrio, que tendrá que luchar para encontrar su nicho
Las Eyewear II no son un dispositivo despampanante, pero si uno interesante que podría detonar toda una nueva categoría de wearables. Tiene en su haber los logros de haber conseguido una estética bastante sobria para lo extravagante que puede sonar el término de "gafas inteligentes", no gritan por doquier su estatus de dispositivo, y tienen una calidad de audio aceptable, aunque con distorsión si se socorre a volúmenes altos.
Pero pensar en las gafas de Huawei como un dispositivo primordialmente de sonido, sería un error. No ofrecen aislamiento, no hay forma de que haya una cancelación activa de ruido, y tampoco funcionan con conducción ósea. El dispositivo más bien es uno que, acorde a sus capacidades, es un artículo de moda que conectado al smartphone amplificará sus capacidades para dejarlo en paz en el bolsillo mientras se está en exteriores.
Su principal problema es que como experimento, es uno algo costoso. Las Eyewear II llegarán a México tan pronto como el 12 de noviembre, a un precio regular de 9,999 pesos. De aquí que digo que no debe entenderse como un dispositivo que rete al segmento de audífonos, pues con ese precio podríamos conseguir algunos de los equipos de audio personal más competentes del mercado; en vez de ello, las Eyewear parecen tantear el mercado para saber si hay en México quien tiene necesidades tan específicas como la de usar un dispostivo conectado al smartphone como accesorio de moda, y en el acto, estar dispuesto a pagar 10,000 pesos por extender las capacidades de su smartphone y lucir bien.
El problema es que con un precio tan restrictivo, podría no terminar por encantar a aquellos que en primera instancia podrían quedar seducidos por el concepto, con la curiosidad suficiente por probarlos, pero que no estén dispuestos a pagar por unas gafas lo mismo o más que por su smartphone. Para que las gafas inteligentes sea realmente un dispositivo masivo, tendremos que esperar.
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