Una tendencia se ha popularizado entre los jóvenes chinos: la de hacerse pasar por pájaros. En Douyin (el TikTok de China) se puede encontrar videos de personas simulando ser aves, escondiendo sus brazos dentro de sus camisas para sacar sus manos por la parte de abajo, a modo de patas.
Pero detrás de estos videos hay mucho más que un simple medio para ganar popularidad en redes. Para los jóvenes chinos, esto es una forma de manifestarse en contra una vida adulta marcada por la incertidumbre, la falta de empleo y las presiones sociales.
"Solo quieren un descanso de sus vidas humanas"
Tradicionalmente vemos a los pájaros y su capacidad de volar como una analogía de la libertad. En China, los jóvenes necesitados por escapar de un futuro prometido que poco tiene que ver con el actual, ven en dichas criaturas un símbolo de esta necesidad. Después de graduarse, ellos deben enfrentarse a un escenario que, por desgracia, no nos es ajeno: la falta de empleo. También están sujetos a presiones sociales, familiares y académicas.
De acuerdo con The New York Times, en las redes sociales chinas se ha vuelto recurrente ver videos en los que aparece un joven pretendiendo ser un ave. Este viste una camiseta o suéter que le cubre brazos y torso y oculta sus piernas, dejando sólo las manos afuera, simulando las patas de un pájaro. “Sólo quieren un descanso de sus vidas humanas”, afirma el diario estadounidense, y esta es su forma de afrontar las presiones impuestas sobre ellos.
"Los pájaros pueden volar libremente y sin rumbo", afirma Wang Weihan, de 20 años, un estudiante de finanzas. Según él, la tendencia expresa "el deseo innato de libertad que existe en cada persona". Sin embargo, para otros es una forma de expresar todo lo contrario: un pájaro enjaulado, como muestra de la decepción ante las promesas de un futuro brillante, las cuales se van desvaneciendo a medida que la economía en China desacelera.
Un relevo generacional que se rebela
En 2021 surgió un término que pretendía explicar la filosofía apática de los jóvenes hartos del trabajo y la presión social a la que eran sometidos. Se llama Tang Ping y puede traducirse como "tumbado" o "acostado". Básicamente es una forma de protesta, y consiste en adoptar una actitud más indiferente ante la vida.
Y es que las nuevas generaciones en China son mucho más propensas a criticar a la sociedad y al gobierno. En 2022, fue este grupo demográfico la parte medular de la ola de protestas que arrasó el país, las cuales exigían un alto a algunas de las medidas más duras contra el COVID-19.
Esta generación también se ha rebelado contra la idea de seguir los pasos de sus padres obreros. Son los jóvenes que han estudiado una carrera universitaria y que no tienen sobre sus hombros la responsabilidad de una familia, quienes se niegan a trabajar en los mismos puestos que sus progenitores, principalmente después de ver las condiciones en las que estos laboraban.
Otras formas de protesta
Además de Tang Ping, los jovenes chinos también han ingeniado otras formas de mostrar su descontento. Por ejemplo, acudiendo al trabajo en pijama en respuesta a los estrictos códigos de vestimenta impuestos por sus jefes. También han adoptado términos en línea como bai lan, con el cual buscan expresar su resignación ante una situación que consideran deteriorada.
También se han manifestado circulando por las calles en sillas de ruedas. Esto en respuesta a supuestas restricciones para el uso de bicicletas eléctricas, las cuales, se decía, tenían por objetivo limitar el número de ciclistas en las calles. Sin embargo, y de acuerdo con la revista Time, dicha información resultó ser falsa.
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