Para nadie es un secreto que México vive una histórica crisis de violencia. En los últimos años se ha hecho frecuente que en los titulares de noticias leamos sobre el hallazgo de fosas clandestinas, fosas que son muestras claras de una cadena interminable de delitos y violaciones a la vida de los afectados y sus familias.
Pero a pesar de que se trata de un problema mayor, las investigaciones realizadas por el gobierno son todo menos exitosas, lo que conlleva que muchas familias a lo largo de todo el país emprendan la búsqueda de sus seres queridos, desaparecidos, por su propia cuenta.
Esas familias son el motivo por el cual un equipo de científicos y activistas de derechos humanos hayan trabajado en la creación de Random Forest, un modelo estadístico que predice en cuáles municipios en México hay mayores probabilidades de encontrar fosas clandestinas que a la fecha no hayan sido identificadas ni por las autoridades como tampoco por las comunidades, las familias o la prensa.
El equipo lo han conformado especialistas del Human Rights Data Analysis Group, Data Cívica y el Programa de Derechos Humanos (PDH) de la Universidad Iberoamericana, quienes han reunido información de los 2458 municipios del país, la base de datos del PDH con los hallazgos de fosas clandestinas reportadas por la prensa del 2013 al 2016 y los indicadores geográficos, sociodemográficos y de violencia en cada uno de los municipios.
Con todos estos datos reunidos, se dieron a la tarea de crear un modelo similar al que fue usado para documentar las violaciones a los derechos humanos en Siria y Guatemala, haciendo una clasificación de 35 variables geográficas y socioeconómicas, entre los que se encuentran las tazas de homicidios, el nivel de educación, el decomiso de armas largas, los operativos realizados e incluso la distancia con la frontera de Estados Unidos.
Gracias a esta clasificación de las similitudes entre los municipios con mayores reportes de fosas encontradas, que fueron un total de 46 en el 2013, 80 en el 2014, 35 en 2015 y 43 en el 2016, el modelo ha identificado municipios con características similares pero que no han sido observados y que tienen una alta probabilidad de tener en su territorio fosas clandestinas. Al ser analizados los datos de forma anual, el modelo presenta información relevante sobre dónde se debería empezar a buscar fosas en los años subsecuentes.
Con los datos de estos años, el modelo ha identificado 32 municipios con probabilidades mayores al 70% de existencia de fosas clandestinas. Entre ellos: Coyuca de Benítez en Guerrero, Nogales en Sonora, Apatzingán en Michoacán y Ciudad Juárez en Chihuahua. Por otro lado, los municipios con un nivel bajo de probabilidad se ubican en los estados de Quintana Roo y Yucatán.
Las debilidades del modelo
Si bien, la información arrojada por este modelo puede ser de gran utilidad, los mismos investigadores señalan que tiene sus debilidades, siendo el principal el hecho de que su análisis funciona buscando similitudes, y es posible que existan fosas no predichas que respondan a características distintas a las que han sido registradas.
Además, tampoco se puede asegurar que algunas de las variables consideradas sean condiciones necesarias o suficientes para la existencia de fosas, tales como los operativos para decomizar armas, las carreteras federales y el ingreso municipal.
Así, se convierten en variables que ni son explicativas ni muestran causalidad, por lo que los resultados obtenidos, basados en probabilidad, solo sugieren pero no limitan, los lugares donde deben concentrarse los esfuerzos de búsqueda de las personas desaparecidas.
Más información | Data Cívica
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