Algo característico de las grandes ciudades es la inmensa cantidad de edificios. Desde cinco o siete, hasta más de 20 pisos de altura es algo que pueden observar a diario quienes viven en grandes urbes. Dentro de este paisaje, comienza a saltar a la vista un toque muy peculiar: los edificios son prácticamente el mismo.
Blanco, gris y negro. No importa hacia dónde mires, las metrópolis de España comienzan a matizarse con una gama monocromática basada en estos tres colores. La fachada pálida intervenida por franjas oscuras es la tendencia arquitectónica. Y no, no es algo exclusivo de la capital, el patrón se extiende a otras ciudades como Barcelona, Málaga y hasta Valencia.
Gusto o moda. Ante el cuestionamiento de por qué estos edificios se comenzaron a replicar una y otra vez, en 2023 el diario Heraldo consultó a Grupo Lobe, responsable de uno de estos nuevos proyectos en la capital aragonesa. A pesar de que la firma mencionó varios factores, uno de los más destacados fue la mera estética.
"Tenemos claro que atrae el blanco y negro, o el gris muy oscuro. Para otros proyectos más singulares sí que se utilizan otros tonos, pero en general esta combinación resulta más fácil que no pase de moda, es atemporal".
Álvaro Van Horenbeke, arquitecto en Grupo Lobe, para el periódico Heraldo.
Aunque parezca un mero toque estético minimalista, de acuerdo con el propio Van Horenbeke, estas opciones cromáticas tienen un significado más profundo. Más allá de su atractivo visual, el blanco y el negro juegan un papel crucial en aspectos prácticos: su capacidad para reflejar o absorber la luz solar afecta directamente la temperatura de los espacios.
El blanco más blanco posible. Bajo esta línea de pensamiento, resulta que la utilización del color blanco es por mera estrategia con tal de que las pinturas enfríen las superficies. Algunos científicos incluso han teorizado sobre los beneficios ambientales de cubrir el 2% de la superficie terrestre con "ultrablanco".
En la búsqueda de un aislamiento térmico eficaz, se comenzaron a utilizar los Sistemas de Aislamiento Térmico por el Exterior. Estos consisten en aplicar una separación térmica en las fachadas de los edificios para optimizar su eficiencia térmica. Como acabado, se pueden emplear revocos o recubrimientos de cerámica o piedra.
Entre la disputa de si es una cuestión estética o práctica, también entra el factor clientela. Según una publicación de La Opinión de A Coruña, la firma Hispalyt explicó que en España cualquier elemento colorido suele asociarse con viviendas sociales.
"Al final, el 99% de las promociones buscan algo tranquilo, con lo que estén seguros de que se venderá bien. Solo nos piden color y que demos algo de vidilla cuando hacemos residencias de estudiantes".
Costo y eficiencia. El Confidencial entrevistó al arquitecto Juan Coll-Barreu sobre el sorprendente parecido de los nuevos edificios, caracterizados por su pintura blanca y líneas oscuras, y a menudo carentes de grandes terrazas. Su respuesta ofrece una perspectiva adicional que enriquece el análisis.
"Estos elementos constructivos son los que más se repiten porque salen más baratos. Es por la vagancia del sistema. Te traen una única pieza y material y al final todos acaban haciendo lo mismo. Solo tienes que acudir al SIMA cada año".
Juan Coll-Barreu para El Confidencial.
Así, la mejora y el desarrollo de recursos más sofisticados han brindado a los arquitectos la oportunidad de incorporar más blanco en las fachadas y con ello, aprovechar las ventajas que conlleva. Los nuevos materiales han reemplazado en parte a los ladrillos, que además enfrentan un desafío adicional que afecta al sector: la escasez de mano de obra calificada.
Aunque dentro de este texto se habló específicamente del país Ibérico, en México esta tendencia también puede observarse, no solo en la capital. Diversas inmobiliarias han plasmado el blanco sobre las fachadas en diversos fraccionamientos y zonas residenciales alrededor del país. Que si bien aquí se abordó en las edificaciones, los hogares de dos plantas también pasan por lo mismo hoy en día.
Sin embargo, en el contexto mexicano la similitud de la vivienda refiere a un problema más allá de lo visual: los millones de condominios realizados con Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores. En otras palabras, ver cómo los espacios se transforman en asentamientos monótonos mientras nosotros lo llamamos "hogar".
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