"Mi mayor miedo como semiadulta: no saber comprar en una carnicería". Con esta frase se han identificado cientos de personas de la Generación Z. Nacidos en un entorno digitalizado, los nuevos adultos han adoptado nuevas maneras para adquirir productos y servicios. Comprar en línea no resulta un problema, la verdadera pesadilla: un establecimiento tradicional.
Si bien muchos jóvenes adultos entre 20 y 25 años comienzan a adentrarse en tareas como pagar impuestos, así como destinar dinero para gasolina o servicios del hogar, acudir a tiendas físicas se ha convertido en una ardua tarea. Al parecer, no tienen el conocimiento para hacerlo.
A través de su cuenta de TikTok, una joven de 24 años originaria de Zaragoza, España, compartió un video donde expresó su temor a comprar en una carnicería. Contrario a recibir burlas, los comentarios están llenos de anécdotas y testimonios de personas que pasan vergüenza o simplemente no saben interactuar en un mercado.
Sea cual sea el lugar, simplemente se les dificulta qué hacer o qué pedir. Algunos relataron cómo terminaron por adquirir productos como un salmón entero o un cuarto de chorizo simplemente porque vieron a otros hacerlo.
"En la pescadería no sabía que el salmón se vendía por pieza entera. Pedí un salmón pensando que era un kilo, me entregó el salmón entero (64 €). Como me dio vergüenza no le dije nada y me lo llevé"
"Una vez vi a una yaya comprar un cuarto de chorizo, me pareció bien la cantidad y desde entonces compro un cuarto de todo".
De manera similar, una joven compartió su experiencia en una carnicería especializada, donde, al pedir 50 gramos de queso, recibió únicamente una rebanada: "Me fui con mi loncha de queso callado de vergüenza", confesó.
Este fenómeno muestra cómo los jóvenes enfrentan dificultades al hacer compras en establecimientos físicos, lo que ha llevado a que casi el 50% de su gasto total se realice de manera online, mientras que los mayores destinan menos del 10% a las compras por internet. Además, al menos un 43% prefiere comprar directamente a las marcas por cuestiones de confianza y seguridad.
Esta tendencia refleja un problema mayor: la comunicación interpersonal. Los jóvenes, acostumbrados a interactuar a través de mensajes de texto y evitar llamadas telefónicas, encuentran dificultades incluso para hacer preguntas simples a los vendedores en tiendas sobre la cantidad adecuada de un producto.
Para el caso de México, también se han visto estas nuevas formas de consumo. De acuerdo con un estudio realizado por el Tecnológico de Monterrey, alrededor del 51% de la Generación Z compra alimentos en línea y destina alrededor de 3,000 pesos mensuales en ello.
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