Hablar de los fundadores de Apple normalmente trae a la memoria los nombres de Steve Jobs y Steve Wozniak, dos personajes icónicos dentro de la compañía que la llevaron a ser lo que es actualmente.
Sin embargo, además de los dos "Steve", hay un tercer nombre: Ronald Wayne, uno de sus fundadores que, al poco tiempo de la creación de la empresa, decidió "liberarse de sus ataduras" con Apple y que no gozó con la misma notoriedad que el resto de colaboradores.
La historia de Ron comienza antes de que existiera Apple. En 1971, el ingeniero intentó vender máquinas tragamonedas, cosa que no funcionó. Dándose cuenta de que "no estaba hecho para el negocio", según MacWorld, comenzó a trabajar en Atari, escribiendo la documentación interna de sus sistemas.
Allí fue donde conoció a los dos Steve, quienes estaban discutiendo el futuro de la informática y trabajando en las que serían las computadoras del futuro.
Según la historia, Ron decidió ayudarlos invitándolos a su casa para que pudieran hablar sobre sus planes, convirtiéndose en una especie de moderador de su debate, que terminó en la decisión de fundar la empresa. En agradecimiento, tanto Jobs como Wozniak decidieron regalarle el 10% de las acciones de la compañía.
La aportación de Wayne a Apple
Durante su trabajo en Apple, Wayne se dedicó a escribir la documentación del Apple I y a crear el que sería el primer logotipo de la empresa. Sin embargo, su meta nunca fue trabajar indefinidamente en esa área del negocio, sino dedicarse a diseñar electrónica.
Para él, Apple estaba creciendo demasiado rápido y su experiencia en su negocio de tragamonedas lo hizo "demasiado cauteloso" para las mentes de los otros dos cofundadores. Por lo tanto, tomó la decisión de vender sus acciones por 800 dólares, que serían más de 4,200 dólares actualmente.
Según algunas estimaciones, el 10% de su participación en Apple equivale a unos 290 millones de dólares actualmente, por lo que Wayne habría sido un multimillonario con el paso de los años, aunque en sus entrevistas, siempre decía que no se arrepentía de hacerlo, pues había tomado la decisión "con lo que sabía en ese momento, que nadie podía haber predicho".
La vida de Wayne después de Apple
Tras irse de la compañía, Wayne trabajó para una empresa llamada Lawrence Livermore National Laboratory, y después para LDF Semiconductors. Sin embargo, sus últimos días de trabajo los pasó dirigiendo una tienda de sellos en California, rechazando ofertas de Steve Jobs para regresar a Apple.
Según documenta Cult of Mac, a pesar de sus negativas, Wayne fue invitado por Jobs a algunas de las presentaciones de la compañía, con asientos de primera clase en aviones y hoteles de lujo.
Ahora, a sus 89 años, Ronald Wayne vive en una casa móvil en medio de Nevada, vendiendo monedas, sellos coleccionables y jugando con máquinas tragamonedas en casinos de la zona.
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