Hemos descubierto una avenida prehispánica en CDMX: un canal de agua que conectaba la ciudad con Texcoco

Arqueólogos descubren, bajo la avenida Chapultepec, vestigios de un muelle y un canal navegable de la época prehispánica
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A dos metros de profundidad bajo la avenida Chapultepec, una de las principales vías de la Ciudad de México, un equipo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) identificó los restos de un canal navegable y un pequeño puerto de la época prehispánica.

Según el INAH, estos vestigios corresponden a un antiguo "camino de agua" que conectaba directamente con el lago de Texcoco y que está representado en el Mapa de Uppsala (ca. 1550).

El descubrimiento se realizó durante las supervisiones arqueológicas en las obras para un paso a desnivel junto al paradero del Metro Chapultepec. Las investigaciones, lideradas por la arqueóloga María de Lourdes López Camacho, revelaron que este canal formaba parte de un sistema hidráulico mayor, utilizado por las culturas mesoamericanas para transporte, comercio y actividades cotidianas.

Vestigios de un sistema hidráulico milenario

El segmento mejor preservado del canal, con un ancho máximo de 1.80 metros, yace bajo el arroyo vehicular cerca de la calle Lieja. Según el INAH, esta vía fluvial habría permitido el tránsito de pequeñas embarcaciones como canoas, utilizadas para el transporte de personas y mercancías entre el cerro de Chapultepec y las orillas del lago de Texcoco.

Además, los arqueólogos localizaron un posible muelle reforzado con pilotes de madera de abeto y oyamel. Estas estructuras, que aún se encuentran en análisis en los laboratorios del INAH, sugieren que el canal tuvo un papel crucial en la vida cotidiana del asentamiento prehispánico.

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Según el INAH, el canal, originalmente un río natural, fue convertido en una vía navegable por las culturas mesoamericanas. Con la llegada de los españoles, este sistema comenzó a modificarse drásticamente. Durante el virreinato, el canal fue reducido a un caño y más tarde, se transformó en el famoso acueducto de Chapultepec, que abasteció de agua a la Ciudad de México a través de 904 arcos monumentales.

El paisaje sufrió aún más cambios a partir del siglo XIX con la urbanización y la desaparición del pueblo de San Miguel Chapultepec. En la década de 1960, la construcción de la estación del Metro Chapultepec cubrió gran parte de estos vestigios históricos, dificultando su acceso y conservación.

Según Wired, el entorno lacustre de la Cuenca de México era vital para los mexicas, que desarrollaron sistemas avanzados de control del agua como diques, chinampas y canales para mantener el equilibrio entre la agricultura y el comercio. Estos sistemas podrían haber dejado rastros adicionales bajo el asfalto y concreto de la Ciudad de México actual.

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Chapultepec, mucho más que un cerro

El cerro de Chapultepec, conocido en náhuatl como "el cerro del chapulín", tiene una historia que se remonta a 23 millones de años, cuando surgió como un volcán extinto. Según López Camacho, los mexicas transformaron esta área en un espacio de élite, con templos dedicados a deidades como Huitzilopochtli y retratos en piedra de sus gobernantes, como Moctezuma Xocoyotzin.

Sin embargo, recientes investigaciones arqueológicas revelan que los mexicas no fueron los primeros habitantes de la zona. Grupos tepanecas, teotihuacanos y comunidades preclásicas poblaron Chapultepec mucho antes, y aprovecharon sus recursos hídricos y su ubicación estratégica.

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Huellas de una ocupación milenaria en Chapultepec

No es la primera vez que Chapultepec revela secretos de su pasado. En 2022, arqueólogos del INAH hallaron vestigios que confirmaron que la zona fue ocupada hace más de tres mil años, lo que duplicó la antigüedad previamente conocida del bosque.

Según el INAH, estos descubrimientos se localizaron cerca de la fuente de Xochipilli y la avenida de los Compositores, dentro del marco del Proyecto Chapultepec, Naturaleza y Cultura. Este contexto arqueológico del Preclásico Medio (1200-600 a.C.) destaca por la disposición de piezas de cerámica intencionalmente rotas y expuestas al fuego, lo que sugiere un posible uso ritual.


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