China asegura tener la delantera frente a Estados Unidos en el desarrollo de drones furtivos de nueva generación. Según un reporte del South China Morning Post (SCMP), sus aeronaves no tripuladas son capaces de volar tres veces más tiempo y utilizan 50% menos de energía que los modelos estadounidenses, gracias a una nueva tecnología basada en propulsores sintéticos duales y "sistemas de control fluídico" que eliminan las superficies de control tradicionales.
Mientras el Pentágono y DARPA apenas dieron luz verde en 2023 al desarrollo del X-65, su propio dron furtivo experimental, China ya había probado sus modelos operativos desde 2021. Los ingenieros chinos aseguran que su tecnología DSJ (dual Synthetic Jet) no solo supera a la estadounidense en eficiencia y sostenibilidad, sino que además ofrece capacidades inéditas, como la posibilidad de operar bajo el agua y emerger directamente al vuelo, una maniobra imposible para los drones tradicionales.
Los sistemas fluidos y el fin de las superficies de control
La clave de esta ventaja tecnológica china está en la eliminación de timones, flaps y aletas de cola, que han sido necesarias para controlar el vuelo de un avión, pero que también delatan su presencia en radares y sensores térmicos. Según SCMP, China sustituyó esas estructuras por sistemas fluidos que dirigen chorros de aire con pulsos precisos, lo que permite maniobras de alta precisión sin generar firmas detectables.
Esta tecnología no solo aumenta el sigilo de las aeronaves, sino que también mejora la eficiencia de combustible y abre la puerta a nuevas aplicaciones, como la operación en entornos subacuáticos. Según Interesting Engineering, mientras los diseños de DARPA aún enfrentan desafíos de resistencia y confiabilidad, los sistemas de doble chorro sintético (DSJ) desarrollados por China ya han resuelto problemas críticos como la presión durante las inmersiones o el daño estructural por fatiga.

DARPA aún en fase de concepto con el X-65
Aunque la DARPA es reconocida por ser pionera en desarrollos como los aviones furtivos y el GPS, el informe de SCMP señala que su programa X-65 apenas comenzó a materializarse en 2023. El objetivo del X-65 es validar el concepto de control fluídico, también conocido como CRANE (Control de Aeronaves Revolucionarias con Efectores Novel), pero por ahora permanece en fase conceptual y sin pruebas de vuelo público.
Por el contrario, los primeros drones chinos equipados con DSJ se despegaron en 2021. Estas aeronaves de ala fija demostraron velocidades de alabeo de más de 15 grados por segundo sin necesidad de superficies de control tradicionales. Para 2023, los ingenieros de la Universidad Nacional de Tecnología de Defensa de China (NUDT) ya habían adaptado este sistema a drones de ala volante, capaces de controlar cabeceo, guiñada y alabeo únicamente con chorros de aire y vectorización de fluidos de empuje.

Uno de los puntos más destacados del avance chino es la implementación de unidades DSJ que combinan dos cámaras de aire pulsantes. A diferencia de los diseños estadounidenses, que utilizan cámaras simples propensas a fallos, el sistema dual reduce la tensión mecánica y previene averías, extendiendo la vida útil de las aeronaves.
Según Interesting Engineering, estas unidades permiten que los drones chinos duren tres veces más que sus contrapartes estadounidenses y consuman la mitad de energía. Además, el sistema permite ajustar la dirección del vuelo en pleno aire con ráfagas controladas que empujan el dron en cualquier dirección e incluso eliminan el riesgo de acumulación de hielo y expulsan gotas "superenfriadas" de las alas.
“Es el resultado de más de dos décadas de arduo trabajo”, afirmaron el profesor Luo Zhenbing y su equipo en el documento publicado en Acta Aeronautica et Astronautica Sinica. Según el informe, mientras Estados Unidos sigue con el ajuste de conceptos y prototipos, China ya demostró la operatividad y la versatilidad de su sistema en condiciones reales.
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