En 2025, una considerable cantidad de computadoras con PC que utilizan Windows 10 se quedarán sin soporte al no cumplir con los requisitos mínimos para actualizar a Windows 11. Aunque se pensaba que muchos de estos equipos terminarían como basura electrónica, Google ya tiene un plan para rescatarlos: instalarles ChromeOS.
Según Reuters, que cita a Alphabet, la matriz de Google, la compañía permitirá a las empresas instalar una versión de actualización automática de su sistema operativo en equipos Windows, después de que Microsoft finalice el soporte. Esto permitirá soporte de seguridad constante y funciones como el cifrado de datos.
Recordemos que Microsoft tiene la intención de finalizar el soporte de Windows 10 el 14 de octubre de 2025. Por lo tanto, los equipos que no se actualicen se quedarán sin actualizaciones de seguridad periódicas, correcciones de errores o soporte técnico.
La pérdida de soporte también presentará otro problema: casi 240 millones de dispositivos que se convertirán en chatarra electrónica, según un estudio de Canalys. Al menos mantener algunas funciones de seguridad y soporte, aunque no proporcionadas por Microsoft, significaría un respiro para mantener activos muchos equipos y, en el proceso, aumentar la cuota de mercado de Chrome OS.
Actualmente ChromeOS es uno de los sistemas menos populares en el mercado, con aproximadamente el 1.78% de participación mundial, frente al 73% de Windows, según Statcounter. Por lo tanto, una estrategia de este tipo podría representar un aumento significativo en sus números.
Así es ChromeOS Flex
A pesar de los beneficios iniciales que plantea la alternativa de Google, también tiene una limitación. Se trata de una versión de su sistema operativo diseñada principalmente para empresas, llamada ChromeOS Flex, aunque cualquier usuario puede descargarla sin problemas.
Esta versión, según explican nuestros compañeros de España, está diseñada para instalarse incluso en equipos con hasta 13 años de antigüedad, permitiendo convertir una PC prácticamente en un Chromebook.
Eso sí, las principales diferencias con ChromeOS son que no requiere un chip de seguridad de Google para proteger el sistema y verificar la confianza del hardware y sistema operativo, sino que lo hace a través de un arranque seguro UEFI.
Estos equipos tampoco gestionan ni actualizan su firmware BIOS ni UEFI, a diferencia de los equipos con ChromeOS. Además, los equipos con Flex, aunque también pueden cifrar automáticamente los datos de los usuarios aprovechando un módulo TPM compatible, pueden hacerlo sin este, aunque con un menor nivel de seguridad.
Otras diferencias entre estas variantes del sistema son que ChromeOS Flex no es compatible con aplicaciones de Android ni Google Play, y no pueden ejecutar máquinas virtuales de Windows con Parallels Desktop.
ChromeOS Flex, según Google, se puede ejecutar en la mayoría de equipos con CPUs Intel o AMD, siendo incompatible con ARM. Además, tienen soporte para que el teclado original del equipo y sus accesos directos funcionen normalmente, no como si se tratara de un Chromebook.
La instalación de este sistema tampoco es complicada, según Google, ya que se requieren únicamente unos cuantos pasos, similares a los de Windows 10 u 11, que permiten llevar la variante de ChromeOS a cualquier equipo.
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