China ha dado un golpe sobre la mesa en el mundo de las supercomputadoras con el Central Intelligent Computing Center (CICC), que representa la creación de la primera computadora de este tipo totalmente china, según medios chinos. Desarrollado por China Telecom, tiene un objetivo principal bien claro: entrenar grandes modelos de lenguaje con inteligencia artificial.
Aunque China lidera la lista del TOP500 con 173 sistemas, hasta la fecha de esta nota, no contaba con una supercomputadora fabricada íntegramente con hardware chino. Esto deja un claro mensaje: China es capaz de fabricar supercomputadoras sin depender de tecnología externa.
La guerra comercial y tecnológica entre China y Estados Unidos lleva un tiempo en activo. Esta máquina no se salva de estar involucrada en dicho conflicto, pues es uno de los primeros paso hacia la independencia tecnológica que el gigante asiático tanto anhela, pues el bloque formado por EE.UU. y sus aliados han cerrado filas para sancionarlo. Ayer mismo reportamos que el gigante asiático ha fabricado la primera motherboard hecha sin tecnología extranjera.
Por esta razón, no resulta sorprendente que China Telecom haya destacado este evento con una amplia promoción. Aunque todo tiene matices pues la nación de Xi Jinping tampoco ha desvelado tanta información respecto a CICC, algo que nos deja sin poder comparar con otras supercomputadoras el verdadero poder tecnológico que la creación china tiene.
Hacia la independencia tecnológica
Hasta el momento, la información revelada sugiere que la supercomputadora china tiene la capacidad de entrenar modelos de lenguaje masivos con billones de parámetros, además de estar equipada con refrigeración líquida. Los detalles siguen siendo escasos y no está claro el verdadero rendimiento de la máquina, por lo que sigue siendo un misterio si CICC es realmente una supercomputadora competente, con la posibilidad de entrar en el TOP500.
El TOP500 es una lista que se publica dos veces año en la que se clasifican a las 500 supercompuadoras más potentes del mundo. Es estándar de referencia para medir la computación de alto rendimiento, mantenida por expertos de diferentes organizaciones. El criterio para clasificar cada máquina es relativamente sencillo. Se utiliza la prueba Linpack, que mide la velocidad con la que una computadora puede resolver cierto sistema de ecuaciones lineales. Este resultado devuelve los teraflops de cada equipo.
La necesidad de China de este tipo de equipos surge después de que Estados Unidos ha aplicado bloqueos, no solo a nivel de hardware, como los chips de NVIDIA, sino también a nivel de software y herramientas de cómputo en la nube. El gobierno estadounidense busca impedir que las empresas de China utilicen los servicios de Amazon, Microsoft o Google para entrenar sus modelos de inteligencia artificial. Ahí es donde entra CICC, un sistema que podrá ser utilizado para este fin.
Aunque es probable que nunca conozcamos todos los detalles sobre CICC, este avance sigue siendo un paso crucial para la potencia asiática, pues es un primer paso para lograr cierta independencia en cuestiones de computación de más alto rendimiento, inteligencia artificial y herramientas de la nube. Después de todo, las empresas que tienen la capacidad de proveer estos servicios en su versión más poderosa son estadounidenses, por lo que mantienen un monopolio que puede verse desafiado tan pronto como China logre sus objetivos.
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