Se dice que las películas se ven mejor en el cine, pero con el tiempo y la evolución tecnológica esta idea ha ido perdiendo sustento. No es que la experiencia en una sala cinematográfica no sea buena; de hecho es fascinante, por eso millones de personas alrededor del mundo siguen ocupando las butacas de los complejos e incrementando el número de boletos vendidos.
El punto está en que, cada vez pasamos más tiempo consumiendo películas y series -incluso a costa de las relaciones amistosas-, según datos de Cord Cutting. ¿La razón? Bueno, pueden ser muchos los factores: comodidad, mejores contenidos, los cada vez más populares servicios de video streaming y la creación de pantallas con tecnologías que proyectan imágenes más nítidas y brillantes.
De acuerdo a una investigación del Instituto de Psicología de la Universidad Johannes Gutenber, en Mainz, Alemania, en la experiencia cinematográfica las señales visuales, la oscuridad, el sonido y la comodidad son casi tan importantes como la pantalla en donde se proyecta. De manera que trasladar la vivencia a casa y disfrutar de un impactante blockbuster podría no ser imposible.
La experiencia del cine en tu casa
De acuerdo con los resultados del estudio antes mencionado, neurológicamente, nuestro cerebro reacciona a las imágenes y su nitidez, no es relevante la superficie donde se proyecten. Teniendo una buena pantalla y un ambiente parecido es suficiente para ser sumergidos en la experiencia.
“Te comienza a sorprender por qué la gente sigue visitando las salas de cine, cuando pueden disfrutar de todo lo que gusten en casa”, manifiesta Andreas Baranowski, del Instituto de Psicología de Mainz.
Así que para comenzar a construir la experiencia en casa habría que elegir una televisión. De acuerdo a la Society of Motion Picture & Television Engineers (SMTPE), el estándar de ángulo de visión en un cine es de 30 grados -aproximadamente- y se puede lograr con una pantalla en casa de 75 pulgadas a una distancia de 2.97 metros. Así que el tamaño ya no es un factor que sólo se pueda alcanzar en una sala de cine.
En cuanto a la resolución, un proyector de última generación que actualmente operan en muchas de las salas cinematográficas del mundo proyectan, por norma, imágenes con una resolución DCI 4K (4096 x 2160 pixeles -relación de aspecto 1.9:1-) mientras que en el mercado podemos encontrar pantallas resolución 4K (3840 x 2160 pixeles -relación de aspecto 1.78:1-), las cuales son cada vez más populares. En ambos casos depende mucho el formato que elijan los creadores de los contenidos.
Ahora, algo interesante es cómo la tecnología de las televisiones han resuelto un problema de las pantallas de las salas cinematográficas: en los cines, los proyectores emiten luz que se refleja en una superficie, mientras que en las pantallas la luz se emite por el propio display; de manera que si las condiciones de luz no son las adecuadas, las imágenes en el primer ambiente pierden color y brillo, mientras que en casa ese fenómeno ya no se presenta.
Por ejemplo, los paneles de pantallas con tecnologías QLED, como los que Samsung está fabricando, pueden emitir suficiente luz (de 1,500 a 2000 nits, según el modelo) para que las imágenes cuenten con colores vívidos, el contraste sea para destacar y, además, no exista una afectación directa a la experiencia si es que se nos olvidó apagar alguna luz.
Proyectores como el DP4K-60L pueden ofrecer un brillo de 56,000 lúmenes, pero un rango de contraste de 2500:1 mientras que las pantallas QLED ofrecen un rango de contraste nativo aproximado de 5000:1. El doble del aparato en las salas de cine.
Disfruta en tu hogar el color pensado para la pantalla
Los proyectores aseguran que se cumpla con la gama de color DCI-P3, establecido como modelo tipo por la organización de Iniciativas de Cinema Digital, misma que fue publicada por la SMPTE. Considerando que se trata del nivel mínimo de color con que se debe cumplir, el Rango Dinámico Estándar (SDR) de las televisiones de hace dos décadas lo cumple en un 75%, porque la luminosidad de las pantallas sólo alcanzaban una saturación de 100 nits.
En la actualidad, la tecnología Quantum Dot ha permitido que se alcancen niveles de brillo 15 y 20 veces mayor, lo que se refleja directamente en los colores que se proyectan en la pantalla, los que son tal cual fueron diseñados por los coloristas cinematográficos para las películas.
¿Cómo ocurre? Bueno, es gracias a que la capa Quantum Dot colocada frente a un panel LED retroiluminado, que se divide en zonas de “dimming” o atenuación, que pueden ir de los 32 a 12 bloques, dependiendo del modelo de pantalla. Cada Quantum Dot emite su propio color dependiendo su tamaño que va de 2 a 10 nanómetros y básicamente el tamaño de cada partícula dicta la longitud de onda de luz y colores que emiten a cada pixel, lo que permite a esta tecnología ofrecer al espectador más de mil millones de colores. Esto es óptimo para disfrutar de contenido HDR.
¡Hora de poner una película!
Pareciera que las viejas glorias del cine han quedado atrás en un mundo donde todo se ha digitalizado: las historias han dejado de filmarse, ya todo se graba gracias a los avances tecnológicos que han permitido capturar imágenes de muy alta calidad; y aunque las salas de cine todavía tienen un gran encanto, ya somos capaces de experimentar en casa nuestras películas favoritas, con el mismo impacto que ocurre en un complejo cinematográfico.
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