Las pantallas de los smartphones se han convertido en ventanas que nos dan acceso a ese mundo hiperconectado que nos acompaña en todo momento; pero a pesar de lo mucho que han evolucionado sus displays, todavía no superan la experiencia que nos ofrece el brillo de la televisión, y hay que decir que éstas han incorporado innovaciones para generar vivencias más envolventes, transportarnos a nuevas realidades y hacer que los sentidos se exalten.
Por ello, sentarnos frente a una pantalla al final del día es, para muchos, una excelente manera de cerrar la jornada (obviamente, si el contenido que se proyecta es de calidad, el momento es todavía más placentero). Ahora, independientemente de los programas, series o películas que veamos, ¿cómo es que el brillo de una televisión puede provocar una reacción en nuestros sentidos?
Aunque la nitidez es importante, el brillo de la pantalla y la intensidad de los colores son los estímulos que harán que nuestros sentidos reaccionen (comenzando por nuestro iris), ello provocará que se detonen emociones.
Es de ahí que parte la Psicología del Color que plantea que éste es capaz de estimular o deprimir, puede crear alegría o tristeza. Así, cada tonalidad dispara una sensación que, en conjunto con nuestras experiencias, detona una emoción (al menos eso es lo que consideraba Johann Wolfgang Von Goethe, quien dio pie al desarrollo de la Teoría del Color).
¿Por qué el brillo y los colores de las pantallas son tan importantes?
Nuestro sentido de la vista nos permite percibir la luz, las formas y el color; lo que nos ha llevado a aprender sobre el mismo y reaccionar ante él. Desde el Feng Shui, hasta los expertos en neuromarketing -pasando por Goethe- nos han demostrado que los seres humanos reaccionamos ante los estímulos de color.
De hecho, es algo que los cineastas y productores de contenidos audiovisuales están conscientes y, por ello, la fotografía juega un papel protagónico al momento de crear una obra. Ahora, si se combina la concepción y diseño de una paleta de colores para despertar sensaciones y emociones en el espectador con una pantalla capaz de dar la intensidad correcta a cada uno de los tonos a través del brillo, la experiencia frente al televisor se torna envolvente y enriquecedora.
Claro que para que ello ocurra, es necesario un desarrollo que permita obtener el 100 por ciento del volumen del color a través de una pantalla. De acuerdo con la verificadora Verband Deutscher Elektrotechniker (VDE), hasta el momento la tecnología QLED, de Samsung, es la única capaz de generar el brillo suficiente para que cada tono luzca más realista y apegada a lo que los creadores del contenido querían proyectar.
Obteniendo imágenes de muy alta calidad a través de la tecnología
Ya mencionamos que el brillo y la intensidad de los colores son capaces de estimular nuestros sentidos para provocarnos toda clase de emociones. Pero, ¿cómo se logra esto? Bueno, la respuesta está en los pixeles y los métodos utilizados para iluminarlos.
Lo primero que tenemos que tener claro es que cada tonalidad está determinada por la luz. Por lo que para obtener el 100% de volumen de color es necesario contar con tecnologías que provean de suficiente iluminación a cada pixel en el panel de la pantalla.
De manera que si cada punto en el display recibe la cantidad de brillo necesario para -en conjunto- alcanzar los 1,500 ó 2,000 nits, los colores se tornan más vívidos (y no sufren ningún tipo de alteración). Además, esta característica ayuda a las tecnologías HDR a maximizar el rango dinámico de la pigmentación.
Como los ejemplos específicos son más ilustrativos, tomemos la gama de colores DCI-P3, que en la industria cinematográfica emplea para las proyecciones digitales. Resulta que el rango dinámico estándar (SDR, por sus siglas en inglés), que se usaba previo al HDR, sólo era capaz de elevar al 75% la luminosidad de la pantalla y saturación de color; es decir, a unos 100 nits.
La tecnología Quantum Dot permite alcanzar niveles entre 15 y 20 veces mayores, lo que tiene un impacto directo en la intensidad de la pigmentación, lo que haría que los contenidos se proyecten como sus creadores los concibieron.
En suma, para que nuestros sentidos nos dejen disfrutar al máximo la experiencia de ver la televisión, es importante contar con una pantalla capaz de mostrarnos el mundo de la forma más genuina posible, aquella que nos permita apreciar hasta los más pequeños detalles. Así podremos experimentar de una manera mucho más inmersiva cada historia.
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