María lleva dos años usando vapeadores y ocho fumando cigarro convencional. El vapeador lo usa como alternativa para cuando no puede fumar cigarro tradicional en espacios de interior o cuando está rodeada de mucha gente. Pese a ello, María no tiene reparo en simular sus preocupaciones con el vapeador y se le escucha particularmente preocupada cuando cuenta que descubrió que su prima, de apenas 14 años, ha comenzado a vapear.
"Sigue siendo nicotina", dice.
Manuel, al teléfono, lleva 20 años sin fumar. Hoy tiene 64 años, hace deporte, va al gimnasio y practica ciclismo de montaña. Para dejar de fumar, Manuel acudió a reuniones de apoyo y tuvo acompañamiento clínico. Él explica que una de las cosas más difíciles al dejar de fumar es el aspecto conductual, aquel basado en la acción mecánica de llevar algo a la boca para después recibir una recompensa positiva. Para dejar de hacerlo, su alternativa comenzó a ser llevarse un cigarro siempre apagado a los labios, pero Manuel terminó por abandonar su técnica cuando se cansó de que meseros y otras personas se acercaran a él tratando de encendérselo.
Dejar el cigarro por completo solo pudo hacerlo al recurrir a prácticas antagonistas, de ahí que Manuel se haya entregado con libertad al deporte.
El que los vapeadores sirvan como método de soporte para quienes deseen abandonar el cigarro, así como la idea de que lo dañino del vapeador solo está en los cartuchos de nicotina, son dos concepciones erróneas, asegura en entrevista con Xataka México la doctora Guadalupe Ponciano, coordinadora del Programa de Investigación y Prevención del Tabaquismo de la Facultad de Medicina de la UNAM.
La doctora, que lleva décadas tratando con pacientes como Manuel que desean dejar de fumar, lo dice tajantemente: ella está a favor de la prohibición total de los vapeadores en México.
Sin vapor, pero con aerosoles
En vapeo hay cartuchos con nicotina, sin nicotina, de muchos sabores, de distintos olores, incluso de THC, la sustancia activa del cannabis. Incluso aquellos sin nicotina no son inocuos, explica la doctora Ponciano, porque la clave para dimensionar el daño del vapeo parte de entender, por más contraituitivo que suene, que lo que exhala el consumidor no es vapor de agua.
El denominado "vapor" no lo es realmente, porque los vapeadores no funcionan con base de agua, sino de componentes como el propilenglicol, etilenglicol y la glicerina, explica la doctora Ponciano. Otras sustancias que el aerosol puede contener son metales pesados, como cromo, níquel, cadmio y hasta plomo, debido a que algunos de los dispositivos están creados a partir de esos metales. "Estos metales al entrar en contacto con el líquido que ebulle van a soltar, por así decirlo, pequeñas partículas de metal, partículas que inhalas", explica la doctora.
María usa un vapeador de metal y jamás había escuchado esa explicación cuando hablo con ella.
En cuanto al caso de Manuel, la doctora explica: "Yo no necesito de vapeadores para ayudar a mis pacientes a dejar de fumar, hay muchas otras técnicas, hay medicamentos, terapias grupales, hay técnicas de la terapia cognitivo-conductual". Su argumento es uno sencillo de entender: la finalidad última es que los pacientes "no vayan a depender ahora de vapeadores porque estamos hablando de nicotina también".
Un estudio hecho en 2019, con 886 pacientes en Reino Unido, comparó resultados de mecanismos para dejar de fumar: en el grupo que usó vapeadores, la tasa de abstinencia a cigarros convencionales, a un año de haber comenzado el experimento, fue del 18%, casi el doble que el 9.9% del grupo que utilizó otros mecanismos de reemplazo de nicotina, como chicles y parches. El dato es prometedor, pero el problema es que, al cabo de un año, 80% del grupo que usaba vapeadores seguía utilizándolos, contra solo un 9% que seguía usando terapia de reemplazo de nicotina.
La narrativa de los vapeadores como mecanismo de soporte para quienes desean dejar de fumar ha sido una impulsada ampliamente desde fabricantes de los dispositivos. El punto de partida ha sido que vapear es "menos dañino que usar un cigarro", en parte porque un vapeador no genera combustión, sino que calienta el líquido que lo contiene. Si no hay combustión, hay hasta 95% menos de sustancias tóxicas, ha asegurado Philip Morris. La tabacalera no ha estado disponible para hacer comentarios a este texto, con motivo del decreto presidencial para prohibir los vapeadores.
"Yo te diría distinto, no más, no menos", matiza la doctora Ponciano sobre el potencial daño de vapeadores. Su explicación pasa por distinguir que el cigarro convencional produce daño crónico, a mediano y largo plazo, favoreciendo, por ejemplo, cuadros de enfisemas en personas que cuentan con cierta predisposición. En el caso de vapeadores el daño es agudo, porque puede ser inmediato. "En el caso de los aerosoles tenemos compuestos que de forma muy rápida provocan inflamación al aparato respiratorio", dice.
Para muestra está el tan citado acetato de vitamina E. Se trata de un dilyente que antes ha citado por la Cofepris cuando emitió su alerta por vapeadores y que está siendo investigado por los CDC en Estados Unidos. El acetato de vitamina E genera "micro emulsiones", pequeñas gotas de grasa microscópicas que el aparato respiratorio no tiene forma de manejar, detalla la doctora Ponciano.
Ella explica que cuando las gotas llegan al aparato respiratorio, los primeros en reaccionar son los macrófagos, diminutas partículas que sirven como primera línea de defensa contra invasores y que, esencialmente, se comen a los foráneos. "El problema es que los macrófagos no pueden digerir adecuadamente la grasa y se mueren. Cuando este tipo de células se presenta, un evento inflamatorio a nivel del aparato respiratorio te puede llevar a tener una neumonía lipoidea", abunda la doctora.
Las alertas en los CDC se encendieron cuando fue detectado un brote de lesiones pulmonares denominados EVALI, lo que quiere decir que son eventos asociados al uso de vapeadores y, específicamente, al acetato de vitamina E. "No se ha halladoa acetato de vitamina E en líquido pulmonar de personas que no tienen EVALI", explican desde CDC.
Con corte a febrero del 2020 los CDC registraron un total de 2,807 casos de pacientes con EVALI, en los cuales se confirmaron 68 muertes.
No todos los productos de vapeo contienen acetato de vitamina E. La doctora Ponciano sugiere que el acetato podría ser un químico derivado producto de la ebullición en un vapeador, pero también reconoce que el acetato suele usarse para diluir otro tipo de sustancias, desde aceite de cannabis hasta fentanilo. La facilidad con que usuarios podrían usar acetato de vitamina E por sus propiedades diluyentes es otra de las razones por las cuales la doctora se dice a favor de una prohibición total de los vapeadores en el país.
El problema de la regulación
María lleva dos años vapeando cuando hablo con ella, pero se le escucha todavía sorprendida por la cantidad de gente que vapea en la calle y por la facilidad de conseguir cartuchos con nicotina u otras sustancias. "La verdad es que ya cualquier persona te los vende", reflexiona.
La doctora dice que estaría a favor de una regulación, siempre y cuando hubiera un músculo gubernamental lo suficientemente fuerte para corroborar que la regulación se cumpla a cabalidad, lo cual debería tener como punto de inicio la construcción de un laboratorio nacional con capacidad para toma de muestras aleatorias a cartuchos y vapeadores.
"Yo también querría una regulación estricta, donde yo tuviera toda la infraestructura para seguir teniendo supervisión desde la cuna hasta la tumba de estos sistemas", dice.
La doctora, que lleva décadas tratando con pacientes que desean dejar de fumar, lo dice tajantemente: ella está a favor de la prohibición total de los vapeadores en México. Una regulación tendría que incluir no solo sistemas para comprobación de sustancias, sino también planes para la disposición de los residuos, desde cartuchos hasta las baterías de los dispositivos de vapeo.
En un panorama de mayor nivel, México necesita de promover una auténtica cultura anti tabaquismo. "Nadie nace fumando, lo que se necesita es una cultura anti-tabaquismo, no solo centrada en vapeadores", sentencia la doctora Ponciano. "Estamos perdiendo 173 hombres y mujeres diariamente, como consecuencias de las enfermedades del tabaquismo".
La doctora Ponciano es co-autora de "El cigarrillo electrónico. Mitos y realidades', un artículo que asocia, en ocasiones todavía con evidencia temprana, el vapeo con enfermedades respiratorias, cardiovasculares y procesos de tumoración. Según la Comisión Nacional contra las Adicciones, en México hay 975,000 personas que usan vapeadores o cigarrillos electrónicos.
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