Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades en Estados Unidos tomaron una decisión sorpresiva: el máximo órgano de lineamientos de salud en el país actualizó su guía de COVID-19 y recomendaron a personas con sus esquemas completos de vacunación que pueden renunciar al uso de cubrebocas.
La orientación es que las personas vacunadas incluso pueden renunciar al uso de distancia social, siempre y cuando la ley federal, local, así como otras regulaciones lo permitan. Así, a menos que se indique lo contrario y haya una orientación general en un determinado lugar, las personas vacunadas pueden ya no utilizar cubrebocas ni guardar sana distancia.
Pero de hecho la Organización Mundial de la Salud no recomienda abandonar el uso del cubrebocas tras la vacunación. El 29 de enero la OMS subió un video donde la doctora Katherine O'Brian explica que la importancia del uso de cubrebocas después de ser vacunado radica en que todavía sabemos poco sobre cómo funcionan las vacunas contra COVID-19: todavía resta por saber si la vacuna inhibe solo el riesgo de enfermar gravemente, o si también evita la infección.
Una persona infectada podría no tener síntomas y de todas formas seguir siendo un foco de infección. El riesgo de que las personas vacunadas no usen más cubrebocas es que, en caso de estar en este último supuesto, una persona vacunada e infectada podría contagiar a aquellos que todavía no reciben su vacuna.
Esa es la razón por la que en México continúa recomendándose usar cubrebocas y sana distancia, incluso después de un esquema completo de vacunación.
No todos están en contra
Pero la decisión de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades ha sido recibida de forma positiva por algunos científicos. The NYT retoma por ejemplo que el doctor Howard Forman de la Escuela de Medicina de Yale se mostró a favor de renunciar al uso de cubrebocas: "Ellos deben dejar de mostrar a lo perfecto como enemigo de lo muy bueno. Este es un paso en esa dirección", escribió en su cuenta de Twitter.
Otros especialistas son más reservados. "A menos que haya una proporción de vacunación de 80 o 90% en los próximos meses, deberíamos usar cubrebocas en condiciones de interiores públicos", dijo al diario Vivian Towe del Instituto de Investigación de Resultados Centrados en el Paciente. En ese sentido, Estados Unidos lleva mucho más trecho recorrido que México, aunque está lejos de esas cifras. En el país vecino 45% de la población ha recibido cuando menos una dosis, contra 11.4% en México.
Con corte al 8 de abril, la Organización Mundial de la Salud sigue recomendando usar cubrebocas incluso después de ser vacunado. "Mientras más permitamos al virus esparcirse, hay más oportunidad de que el virus cambie", asegura.
Por ello, las recomendaciones vigentes después de la vacuna son mantener al menos un metro de otros, usar cubrebocas, especialmente en lugares concurridos o con condiciones pobres de ventilación, lavar manos frecuentemente, toser y estornudar en la parte interna del codo, y si se está en interiores con otros asegurar que haya buena ventilación.
Aunque en México se ha recomendado seguir usando cubrebocas a aquellos que han recibido su esquema completo de vacunación, no se ha dicho por cuánto tiempo la recomendación seguirá vigente. Si el propósito es que la indicación permanezca hasta que se alcancen los porcentajes suficientes que según Secretaría de Salud garantizarán que haya inmunidad de rebaño, entonces bien podríamos hablar del primer trimestre del 2021, conforme señala el Plan Nacional de Vacunación.
Otra historia será si los vacunados, que para finales del año serán decenas de millones, podrán aguantar más meses sin tirar sus cubrebocas a la basura.
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