Un tuit reavivó la conversación: ¿cómo es posible que México tenga una tasa de un confirmado por cada dos pruebas de COVID-19, sobre todo si se considera que el país es de uno de los que menos pruebas realiza en la población? El académico de Harvard Eric Feigl-Ding escribió en su cuenta de Twitter "estoy llorando por México. Hay más de un 50% de positividad".
En efecto, la positividad de COVID-19, es decir, el número de positivos respecto a las pruebas que se realiza, ha ido en aumento, pero la cifra no es inesperada, era incluso previsible. Secretaría de Salud dijo desde el inicio que su enfoque sería hacer pruebas únicamente a los pacientes más graves, aquellos que requieren hospitalización, mientras que las pruebas masivas, para lo que se requiere echar mano de los llamados 'tests rápidos', fueron descartadas en su totalidad.
Holy moly- I’m crying for MEXICO 🇲🇽. The over 50% is the *POSITIVITY* percentage!!! More than half of all who get a test are positive. Even in the worst periods of NYC or Madrid or Lombardy... they never approached 50% positivity!! Mexico may be undergoing unprecedented #COVID19. pic.twitter.com/1p7DaaHCVz
— Eric Feigl-Ding (@DrEricDing) June 21, 2020
Dicho de otra forma, México no está haciendo pruebas a toda la población para saber la penetración de la enfermedad, sino únicamente en los casos con síntomas más severos para saber cuántos enfermos graves necesitan de insumos médicos.
En la conferencia de prensa de COVID-19 del 14 de mayo, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, dijo que hacer pruebas multitudinarias sería altamente inefectivo: "No tiene sentido hacer prueba tras prueba cuando la mayoría de esas pruebas darán un resultado negativo", explicó.
La razón de la alta tasa de positividad en México tiene que ver con el modelo de vigilancia epidemiológica elegido
La falta de pruebas ha sido duramente criticado porque, sin ellas, el número de contagios reales se vuelve más opaco. No obstante, Secretaría de Salud defendió desde el primer día, que conocer el número de contagios en tiempo real no es primordial para ajustar las políticas públicas en torno a la pandemia, pero que saber el número de casos graves que pueden derivar en fallecimientos, sí.
Las pruebas tienen un objetivo, y el objetivo es la vigilancia epidemiológica, y los casos que son suficientemete graves para hospitalizarse, se registran al 100%. ¿Cuál es el límite de pruebas? Cuantos casos haya en esa condición. ¿Nos hace falta pruebas? Por supuesto que no.
Hugo López-Gatell
En la conferencia de este 22 de junio, López-Gatell ha vuelto que a explicar que, al dedicarse las pruebas PCR a pacientes con síntomas, el porcentaje de positividad es mayor que si se aplica pruebas de forma indiscriminada.
En realidad, la discusión de fondo, más que si la tasa de positividad ha aumentado, es si México necesita o no hacer pruebas masivas para saber el tamaño real de la pandemia. La respuesta de la Secretaría de Salud ha sido que entre más pruebas habrá más casos negativos, lo que de momento sería un desperdicio de recursos tanto humanos como económicos.
No obstante, en un futuro sí se utilizarán tests rápidos de forma controlada para identificar brotes en zonas de alto riesgo, según lo confirmó el director de epidemiología, José Luis Alomía, recientemente en un foro que contó con presencia de la OMS, y en el que el propio asesor externo de la OMS, Jean Marc Gabastou, dijo que la OMS no recomienda hacer pruebas masivas en México.
Con México eventualmente implementando pruebas rápidas, incrementará el número de pruebas totales, entre test rápidos y PCR que la SSA realiza. Resta por saber si Secretaría de Salud tiene razón en que, durante todo este tiempo, no se necesitaron de las pruebas masivas. Su argumentación pasa por que la cifra de contagios reales no cambiaría sustancialmente la política pública, pero la cifra que es aún más indiscutible que la de positividad es la de fallecimientos que, de nuevo según SSA, ese registro sí representa al 100% de decesos ocurridos por la enfermedad.
El problema es que las defunciones se notifican hasta con diez días de atraso debido a retrasos en las notificaciones de los estados, según ha dicho López-Gatell. En la conferencia del 22 de junio incluso se añadieron algunos decesos que ocurrieron el 6 de mayo.
Solo el tiempo dará certeza si durante el pico más alto de positividad, simultáneamente México tendría el mayor número de decesos, o incluso de contagios registrados. Por ahora no hay suficiente información para asegurarlo, y esa tampoco es una buena noticia.
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