Las causas del síndrome del intestino irritable (SII), también conocido como el síndrome del colon irritable, donde las personas experimentan problemas como como dolores abdominales, gases, diarrea o estreñimiento, no están claras.
A pesar de la falta de información sobre cómo se desarrolla, el gastroenterólogo Brennan Spiegel, del Centro Médico Cedars-Sinaí, en los Ángeles, ha dado una nueva hipótesis bastante "descabellada", escribiendo en The American Journal of Gastroenterology, que este se desencadena por la incapacidad del cuerpo de controlar la gravedad, convirtiendo a las personas en "intolerantes" a esta fuerza.
De acuerdo con Spiegel, los intestinos de los humanos son como "un gran saco de papas" que debemos cargar toda la vida, donde si el manejo de la gravedad falla en el cuerpo por algún motivo, puede eventualmente comprimir nuestros intestinos, provocando problemas para que los alimentos viajen por el sistema digestivo o generando sobrecrecimiento bacteriano.
Para el gastroenterólogo, el sistema del ser humano ha evolucionado en un mundo de gravedad, lo que puede explicar que las personas sientan"mariposas" abdominales al estar ansiosas, o que experimenten sensaciones viscerales ocurren al caer a la tierra, por ejemplo al ir cayendo en una montaña rusa o en un avión que experimenta turbulencias.
Esto es porque los nervios del intestino son una especie de "detector de fuerza G" que permite advertir cuando se está experimentando o se va a experimentar una caída peligrosa.
La forma en que el cuerpo reacciona a la gravedad
De momento para establecer si se trata de SII no hay una prueba definitiva, pues los síntomas varían entre pacientes, por lo que se suele realizar un diagnóstico de exclusión, donde se van descartando otros trastornos.
Según Spiegel, la gravedad podría ser el elemento fundamental que une a todos los síntomas, donde el cuerpo reacciona de forma desordenada a esta fuerza, desencadenando el trastorno en la interacción del intestino-cerebro. Esto deriva en que al aplastar los intestinos, se puede también afectar el microbioma (los microorganismos que viven en un entorno en particular), provocando hipersensibilidad, inflamación y malestar.
Para el especialista, esto también significa que el SII es causado por la lucha del cuerpo para lidiar con la gravedad, por lo que podría explicarse que la fisioterapia y el ejercicio sean tan beneficiosos para aliviar los síntomas.
Las hormonas y su ayuda en manejar la gravedad
Spiegel revela que con su hipótesis también se podría explicar el por qué la serotonina, una hormona que funciona como neurotransmisor y vasoconstrictor, normalmente está elevada en los pacientes con SII.
Esta hormona se produce principalmente en el intestino permitiendo regular los movimientos intestinales y también el estado de ánimo, aunque en exceso puede llegar a provocar diarrea. Por otro lado, sin serotonina, es posible que el cuerpo no se pueda poner de pie, mantener el equilibrio o seguir con circulación en la sangre, por lo que podría funcionar como una forma de "falla de gravedad", dice Spiegel.
De acuerdo con el gastroenterólogo, con una serotonina anormal, las personas pueden desarrollar SII, ansiedad, depresión, fibromialgia y fatiga crónica, o dicho de otra manera, formas de intolerancia a la gravedad.
Además, junto con el SII también se cruzan otros síntomas, como dolor lumbar, dolores de cabeza, mareos, y síndrome de taquicardia postural, condiciones que se pueden explicar por la incapacidad del cuerpo para manejar la gravedad de forma adecuada.
Por lo pronto Spiegel apunta a que se requiere de una investigación directa para que su hipótesis avance, generando nuevas formas de analizar y tratar el SII en el futuro.