Cirujanos del University Hospitals Birmingham NHS Foundation Trust, en Reino Unido, acaban de conseguir un hito médico, algo que nunca antes de había logrado: han vuelto a colocar el pene de un hombre casi un día después de haber sido cortado, que es el tiempo más largo documentado en el que un órgano ha estado sin suministro de sangre, y aún así, ha sido reimplantado con éxito y vuelto a funcionar.
Según explican en BMJ Case Reports, seis semanas después de la cirugía, la uretra del paciente no sólo funcionaba de nuevo, sino que la sensación había vuelto a su pene. Y es que la reimplantación también consistió en volver a conectar cuidadosamente la arteria y una vena, por lo que se reporta que el paciente incluso pudo lograr una erección completa.
Una de las cirugías más complejas en la historia
El paciente, un hombre de 34 años con historial de esquizofrenia paranoide, fue llevado a los cirujanos de Birmingham al día siguiente de intentar quitarse la vida, lo que lo llevó a desmembrar sus propios genitales. Fue encontrado en su casa tras 15 horas de haberse amputado el pene, por lo que fue llevado de inmediato a la sala de urgencias del hospital.
A día de hoy, los registros médicos sólo documentan unas 100 cirugías de este tipo, y existe muy poca documentación para realizarla con éxito. El detalle es que la mayoría de éstas se han realizado tras unas cuantas horas de la separación, un trabajo que consiste principalmente en coser el pene de nuevo al cuerpo sin intentar reconectar el nervio dorsal y los vasos sanguíneos, algo que normalmente provocaba cicatrices en la uretra y la desensibilización del pene.
En este caso, se estableció un nuevo récord en cuanto a la cantidad de tiempo que el pene estuvo separado del cuerpo antes de la exitosa reimplantación. El récord anterior fue de 18 horas hace dos años, cuando se logró una cirugía exitosa en un niño de apenas 4 años.
En este caso, el pene estuvo separado del cuerpo 23 horas, por lo que requirió un importante trabajo de microcirugía que consistió en la re-sutura de nervios y vasos sanguíneos, que suelen ser más pequeños que un cabello. Un equipo de urólogos y cirujanos plásticos trabajaron en conjunto para reemplazar y reconstruir el órgano de la forma más viable posible.
La cirugía se complicó tras descubrir que un importante nervio se había replegado en el cuerpo con el corte, que hizo que los médicos no pudieran tener acceso a él. Sin embargo, consiguieron reparar los vasos sanguíneos críticos de la parte superior del pene con la ayuda de un injerto vascular de su brazo, con lo que el flujo de sangre volvió al pene.
Los responsables de este hito declararon:
"Por lo tanto, el éxito de este caso debería alentar a los cirujanos a intentar la reimplantación del pene, incluso con un tiempo prolongado de isquemia [suministro de sangre inadecuado], debido al posible éxito, a los posibles efectos físicos y psicosociales de la pérdida de órganos para el paciente.
"El flujo arterial se estableció 8 horas después de la llegada al hospital debido a las lesiones concomitantes del paciente, por lo que el tiempo total de isquemia fue de 23 horas".
Los cirujanos del hospital aconsejan que, después de la reanimación, los pacientes amputados sean trasladados a un centro de tratamiento en el que se puedan ser tratados antes de evaluar una posible reinserción. Afortunadamente, en este caso el paciente llegó inmediatamente al hospital y pudo ser atendido.
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