El fundador de Tesla y SpaceX, Elon Musk, anunció en sus redes sociales el nacimiento de dos hijos con Shivon Zillis en julio de 2022, como parte de su aporte a la “crisis demográfica”. Según documentos judiciales filtrados, estos niños se suman al numeroso legado de Musk, que tiene hijos de varias parejas anteriores.
Musk siempre ha mostrado su inquietud por el descenso de la natalidad y sus últimas declaraciones reflejan su convicción de que la civilización se enfrenta a un grave riesgo por el desplome demográfico. Durante un evento del Wall Street Journal, afirmó que “falta gente” y que la civilización se derrumbaría si la gente no procrea más.
El movimiento “pro natalista”
Según un informe de Business Insider, existe un movimiento “pro natalista” entre los multimillonarios del sector tecnológico y de capital riesgoso. Estos individuos, como Elon Musk, pretenden preservar la civilización creando una descendencia genéticamente óptima. Su propósito es influir en la evolución humana al tener muchos hijos con características genéticas favorables.
No solo Musk, sino también personalidades como Ross Douthat y Marc Andreessen, defienden el pro natalismo, basado en la idea de que la civilización podría desaparecer por las bajas tasas de natalidad en los países desarrollados. Estos pro natalistas apuestan por tecnologías y negocios que promueven la selección y el perfeccionamiento genético.
Un caso de esto es Genomic Prediction, una empresa que realiza pruebas genéticas PGT-P, que permiten a los padres elegir “mejores” embriones según varios factores de riesgo poligénicos. Esta polémica tecnología cuenta con el respaldo de inversores de renombre, como Sam Altman, cofundador de OpenAI. Algunas élites se han obsesionado con la procreación y la longevidad, lo que evoca las inversiones de figuras como Jeff Bezos en empresas de biotecnología enfocadas en la prolongación de la vida.
Frente al movimiento pro natalista, muchas familias no pueden tener muchos hijos y cada vez más personas deciden no tenerlos. El cambio climático y la desigualdad impulsan un movimiento de personas que renuncian a la paternidad, lo que reduce la fertilidad más rápido que otras tendencias, según Morgan Stanley.
Las estimaciones demográficas indican que la mayoría de los países tendrán una caída por debajo de la tasa de reemplazo de 2.1 hijos por mujer para el año 2100. Aunque algunos expertos ven la migración internacional como un equilibrador demográfico, los gobiernos que temen los efectos económicos del envejecimiento social están empezando a impulsar las tasas de natalidad.
Algunos multimillonarios, con Elon Musk a la cabeza, impulsan un movimiento de superioridad genética que genera dilemas éticos y sociales sobre la intervención humana en la evolución y sus consecuencias para la civilización futura.
Paralelamente, el dilema entre procrear o no, sigue influyendo en las tendencias demográficas y las medidas gubernamentales en el mundo. Tendremos que esperar para ver qué nos depara el futuro.
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