"Pásame el dese de la desta" es una frase que suele atribuirse a las personas mayores cuando piden algo de cuyo nombre no se acuerdan en ese momento. A esto se le conoce como letología y es un fenómeno común que se acentúa con la edad. Aunque suele ser un chiste común en México, la letología podría decir mucho más sobre la salud cognitiva de lo que pensamos.
No obstante, un estudio de la Universidad de Toronto sugiere que no solo importa la dificultad para recordar palabras, sino la velocidad con la que hablamos. De acuerdo con el artículo publicado en Aging, Neuropsychology, and Cognition, un ritmo de habla más lento podría indicar mucho mejor la salud cognitiva en adultos mayores que los problemas para encontrar palabras específicas.
El estudio
Los investigadores pidieron a 125 adultos de entre 18 y 90 años que describieran una escena en detalle. Con ayuda de una IA, el equipo midió la rapidez del habla, las pausas entre palabras y la diversidad del vocabulario. Al comparar estos resultados con pruebas cognitivas clásicas, se encontró que la disminución en la velocidad del habla estaba relacionada con un declive en funciones ejecutivas, como la concentración y la capacidad de planificación.
Mediante una prueba de interferencia imagen-palabra, se pudo diferenciar entre la búsqueda mental de una palabra y el proceso de articulación. En la prueba, los participantes veían imágenes de objetos cotidianos mientras escuchaban palabras relacionadas o con un sonido similar. Los resultados mostraron que los adultos mayores con un habla naturalmente más lenta tardaban más en nombrar las imágenes. Esto sugiere una ralentización general del procesamiento cognitivo.
Estos hallazgos refuerzan la idea de que el análisis del habla podría ser un factor clave para la detección temprana de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Los autores del estudio consideran que, con el avance del procesamiento del lenguaje natural y la inteligencia artificial, la identificación de patrones lingüísticos podría automatizarse y facilitar un diagnóstico temprano y preciso que permita intervenciones más oportunas.
Nuevas investigaciones que ayudan a comprender mejor el Alzheimer
Las enfermedades neurodegenerativas son un reto que los científicos aún luchan por superar. Hace poco, investigadores de la Universidad Estatal de Arizona propusieron una teoría unificadora para explicar y, potencialmente, tratar el Alzheimer. Según este modelo, los gránulos de estrés son los principales responsables de la enfermedad.
En condiciones normales, estos gránulos ayudan a las células a superar situaciones críticas. Sin embargo, si persisten, interfieren en el transporte de moléculas esenciales y alteran la comunicación entre el núcleo y el citoplasma. Esto, a su vez, desencadena cambios en la expresión genética que conducen a la formación de las conocidas acumulaciones de beta-amiloide y proteína tau, rasgos característicos del Alzheimer.
El estudio, publicado en The Journal of the Alzheimer's Association, se basa en la revisión de múltiples bases de datos e investigaciones previas y ofrece un marco que unifica décadas de estudios fragmentados sobre la enfermedad. Este enfoque abre la posibilidad de desarrollar nuevas estrategias para la detección precoz y el tratamiento del Alzheimer.
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