La ciencia descubrió por qué los adolescentes apestan y huelen a queso, la clave: ácido caboxílico

La adolescencia, esa etapa de la vida humana en la que suceden muchas cosas con nuestro cuerpo y nuestra vida en general. A veces estás de mal humor, a veces estás muy feliz, te caen mal tus papás y solo quieres pasártela viendo series, con tus amigos o jugando videojuegos, pero también hueles mal, bastante mal.

Un reciente estudio demuestra por qué los adolescentes apestan y todo parece girar en torno a un ácido orgánico.

La glándula pituitaria es el peor enemigo de los adolescentes, se trata de un órgano situado en la base del cerebro que desempeña un papel importante en la conducta de las personas. Esta glándula estimula las gónadas (ovarios en el caso de las niñas, testículos en el de los hombres), generando hormonas sexuales tales como el estrógeno y la testosterona. Por lo tanto, afecta las emociones y el estado de ánimo de las personas.

Sin embargo, las disyuntivas psicológicas y anímicas no son el único cambio al cual se someten los adolescentes, los cambios físicos también on parte fundamental de esta etapa. Aquellos que antes fueron niños y ahora adolescentes comienzan a crecer demasiado rápido, en medio de la orquesta de hormonas que provocan de todo, como la segregación de sustancias, la aparición de acné y sí, los malos olores también.

Por más veces que se den un baño, hay adolescentes que al minuto de comenzar a hacer algo físico comiencen a oler mal. Si me lo preguntan, mis profesores de la secundaria casi nos rogaban que nos pusiéramos desodorante (no sé si preferían el mal olor o que el salón apestara a Axe de chocolate).

Los científicos describen el olor común de los adolescentes como el de un "queso de cabra añejo y mohoso". Pero, ¿qué está pasando en realidad?

Una mezcla de sustancias y malos olores

Como mencionamos, la pubertad intensifica las funciones de las glándulas sudoríparas, llamadas glándulas apocrinas. Estas también son estimuladas por el cóctel de hormonas sexuales, generando más sudor en las axilas y genitales. Las glándulas liberan una sustancia que se mezcla con el sebo natural de cada cuerpo, y junto a las bacterias del organismo se liberan malos olores.

Por otra parte, un grupo de investigadores alemanes probó poniendo tela debajo de las axilas de niños y adolescentes para examinar las muestras en el laboratorio. De esa manera dieron con el ácido carboxílico, componente característico del sebo, y que da origen al olor a queso.

Según otra investigación, recopilada por el New York Times, la situación se ve empeorada por dos esteroides presentes en los cuerpos de niños y adolescentes que intensifican el olor, provocando notas de almizcle y de orina. Quizás por eso hay niños que huelen a pipí más de lo normal.

Como sea, los adolescentes viven una guerra contra su propio cuerpo y es un proceso difícil, complicado y que puede hacer pasarla mal a más de alguno. Un poco más de comprensión al respecto con los chicos puede ayudarles a su seguridad y mejorar la percepción que tienen de ellos mismos.

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