Es común que se nos diga que siempre se fracasará antes de llegar al éxito. Esto no es del todo cierto, al menos parcialmente. Se le atribuye a Thomas Edison la frase "No fracasé, solo descubrí 10,000 maneras de que algo no funcione", o a Michael Jordan la de "Fallé una y otra vez en mi vida, y por ello es que tuve éxito".
Yo no soy nadie para corregir a este par de personajes, mucho menos al jugador histórico de Chicago Bulls, pero la ciencia tiene mucho que decir al respecto, y todo apunta a que fracasar no necesariamente nos vuelve mejores para alcanzar el éxito. ¿De qué se trata todo esto? Veamos qué dice un estudio hecho de 11 estudios.
Un artículo publicado por la American Psychological Association cuestiona la validez de la creencia popular de que el fracaso conduce al éxito, a través de 11 pruebas. Con todas ellas, se llega a una decisiva conclusión: la gente tiende a sobrestimar las posibilidades de éxito tras el fracaso. Esto abarca una amplia gama de acciones y profesiones, desde exámenes universitarios hasta mejoras en la salud tras enfermedades.
Entre la empatía y la naturaleza humana
Además, el estudio encontró que cuando no se menciona el fracaso, el exceso de optimismo decae. Sin embargo, puedes estarte preguntando si algo bueno puede sacarse de conocer que fracasar no es algo que necesariamente nos ayude a mejorar. La respuesta es que sí, esta investigación apunta a algo bastante positivo: conocer la tasa de éxito post fracaso hace que las personas sean más propensas a apoyar programas de rehabilitación.
En otras palabras, conocer que fracasar una y otra vez no es sinónimo de aprendizaje (o probabilidad de mejora), nos vuelve más empáticos. Es decir, muchas personas piensan que el fracaso es algo intrínseco del éxito, algo respaldado por historias como la de Edison, Jordan o algunas otras figuras de importancia en la cultura popular.
Subestimar la dificultad con la que se enfrentan ex convictos, adictos o alcohólicos, puede llevar a que pensemos que no están intentando lo suficiente y que no están aprendiendo de sus fracasos. Al corregirse esta idea, entonces las personas son más abiertas a dar apoyo a los programas sociales enfocados en estas personas, e incluso a ser más comprensivos con familiares o amigos que pasan por situaciones similares.
Comprender todo esto nos puede ayudar a replantearnos nuestros objetivos. Asimismo, creo que la fuente del estudio, la creencia de que fracasar nos llevará al éxito, nos muestra algo maravilloso sobre la naturaleza humana: somos animales cargados de esperanza. Nos gusta pensar que equivocarnos o meter la pata no es algo necesariamente malo, y de hecho, creo que así lo es. Sin embargo, no hay que pasarnos con la sobrestimación que tenemos respecto a ello, podríamos caer en bucles negativos o incluso provocarnos poca empatía.
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