Grandes empresas tecnológicas están evadiendo impuestos en México: esa es la premisa de la iniciativa impulsada por el diputado Javier Salinas que pretende establecer un nuevo impuesto a esas empresas que, por no tener dirección física en México, no están obligadas a pagar ISR, a pesar de estar generando ganancias en el país. Pero no todas las trasnacionales pagarían el 3% de ingresos generados en México establecido en el documento.
La solución sería un nuevo impuesto que estarían obligadas a pagarlo empresas como Google, Facebook y Amazon, pero que podrían evitar Netflix, WhatsApp y Spotify, al menos parcialmente.
Resulta que la forma en que se cobran impuestos en México se ha quedado rezagada frente a la economía digital y ahora es posible manejar un negocio multimillonario de manera virtual. Así lo piensa Salinas, quien asegura que hay una tendencia mundial a implementar impuestos similares, basados en los ingresos por país de las plataformas, y que se ha conocido popularmente como ISR digital.
Tiene razón: la Unión Europea ha debatido abiertamente la idea, aunque algunos de sus miembros se opongan. El resultado está en que algunos países han decidido avanzar por su cuenta en interponer el impuesto de manera unilateral, con legislaciones para gravar los ingresos que las empresas generen a nivel nacional.
Así ha ocurrido con España, Reino Unido e incluso países latinoamericanos como Chile y Argentina, esta última solo con IVA y sin impuesto especial de por medio.
Salinas quiere que la iniciativa siga por el mismo camino, pero con un matiz importante: cobrar solo los ingresos provenientes por publicidad, dejando fuera los servicios por suscripción directa. El objetivo así es que las empresas no trasladen el impuesto al costo que asume el usuario, y siendo que las plataformas que incluyen publicidad normalmente no hay cobros directos a usuario, entonces no habría manera de hacer el traslado del ISR digital.
La iniciativa original contempla otras dos categorías de servicios que deberán pagar impuesto: plataformas de intermediación y plataformas que vendan datos de usuarios.
"El hecho de que un usuario utilice las plataformas no significa que por eso pague impuesto, es por la publicidad que las plataformas oferta, porque de ahí las plataformas tienen un ingreso, y de ese ingreso deben pagar impuesto"
Javier Salinas
Solo cobros por ingresos por publicidad
La idea podría funcionar, pero no para todos los casos, puesto que existen servicios y plataformas que funcionan con ambas modalidades, de pago y con publicidad. Además, se estaría beneficiando indirectamente que los servicios funcionan con modelo de suscripción, y sería un posicionamiento frontal hacia el modelo basado en publicidad en internet.
Y es que Salinas es claro: "solo se cobrarán los ingresos que se reciben recabados por publicidad".
—¿Qué hacer entonces con plataformas que tienen modelos de negocio basados en publicidad, y también tienen modelo de suscripción? ¿Qué les impide que no terminen por compensar el impuesto a los ingresos gravables provenientes del modelo de publicidad, subiendo los precios en su modelo de suscripción?
—Son actividades distintas. No es lo mismo la suscripción que la publicidad.
Salinas no lo menciona en la plática, pero la iniciativa original sugiere una categoría que no basa su modelo en publicidad, y que habría de pagar también ISR digital. Los sitios web de Amazon, Linio y Mercado Libre, suelen tener publicidad, pero de artículos que ellos mismos distribuyen, más no de un tercero. Sin embargo, no estarían exentos de pagar el impuesto según la segunda clasificación de la iniciativa, en donde se abarcan los "sistemas de intermediación".
En su definición en la iniciativa se lee:
"La puesta a disposición de interfaces digitales multifacéticas que permitan a los usuarios localizar a otros usuarios e interactuar con ellos, y que puedan facilitar asimismo las entregas de bienes o las prestaciones de servicios subyacentes directamente entre los usuarios (servicios de intermediación)"
El mercado de ingresos por plataformas digitales es enorme. La iniciativa de Salinas cita a la Asociación Mexicana de Venta Online cuando ofrece la estimación del valor de mercado del comercio electrónico en México, con 329 mil millones de pesos en 2016. La cifra se queda muy corta respecto a la valuación que da el INEGI para 2017, cifra que asciende a poco más de mil millones de pesos, equivalente al 4.6 del Producto Interno Bruto del año.
Los servicios de intermediación incluirían esencialmente a todas las plataformas de comercio electrónico, pues facilita la entrega de bienes entre particulares. Sin embargo, su definición es tan grande que igual sirve para servicios como Arbnb y Uber y similares.
Para Arbnb y Uber es bien sabido que se han establecido impuestos especiales. Arbnb paga el 3% como impuesto local en Ciudad de México, Quintana Roo y otros más, como forma de contraprestación para igualar piso frente a cadenas hoteleras. Mientras tanto, Uber, Cabify, DiDi y similares hacen aportaciones al Fondo para el Taxi, la Movilidad y el Peatón en Ciudad de México.
Sin embargo, al ser impuestos locales, nada tienen que ver con el ISR a nivel federal, de manera que, conforme a la iniciativa original, deberían pagar ambos impuestos.
Los mexicanos, harina de otro costal
El impuesto no busca inhibir la innovación. Salinas explica que no tocará a startups tecnológicas, puesto que el piso para comenzar a figurar en el modelo de impuesto es generar cuando menos 200 millones de pesos anuales solo por modelo de publicidad. A decir del diputado, no han registrado ninguna empresa tecnológica mexicana que tenga ingresos por esa cantidad, de manera que ninguna empresa mexicana deberá pagar el ISR digital.
Lo anterior es importante, pues ha sido señalado por detractores como un fallo en la iniciativa, puesto que las empresas con dirección física en México sí pagan el ISR convencional, y pagar además el ISR digital sería obligarlos a tributar doble.
—El impuesto es únicamente para trasnacionales, grandes empresas que lucran en México —reafirma Salinas.
La iniciativa no es explícita en cuanto a que las empresas que ya paguen ISR no tendrán que pagar ISR digital, pero dado que el núcleo de la propuesta es evitar la evasión fiscal, Salinas asegura que el proyecto final será claro para evitar doble tributo.
Hay otros servicios que quedarían fuera de pagar el impuesto, a pesar de ser auspiciados por empresas internacionales; tal es el caso de Gmail, Outlook, Messenger, WhatsApp, Telegram y otras redes de mensajería instantánea, pues han sido creadas como apoyo y no para generar un mercado entre ellas, según abunda la iniciativa. WhatsApp Business sin embargo sí podría generar ingresos gravables.
Las plataformas financieras tampoco deberán pagar el impuesto. En realidad, cualquier interfaz que haya sido creada como apoyo de comunicación entre usuarios y empresas está exenta del impuesto, siempre y cuando no se vendan los datos de los usuarios, pues de hacerlo la plataforma ingresaría en la tercera clasificación de la iniciativa.
La iniciativa en el Congreso
La iniciativa vio la luz en septiembre de 2018, pero la conversación ha vuelto a la coyuntura luego de que el diputado morenista Alfonso Ramírez haya apoyado públicamente la idea del ISR digital. De hecho, Javier Salinas cuando presentó la iniciativa aún formaba parte de la bancada del PRD, pero recientemente ingresó a las filas morenistas en la Cámara de Diputados.
—En este momento forma parte de la bancada de Morena, ¿eso quiere decir que la bancada de Morena podría apoyar abiertamente la iniciativa, considerando el apoyo manifiesto del diputado Ramírez?
—No lo sé todavía —duda Salinas—, lo que sí sé es que muchos diputados están mostrando simpatía, no solo de Morena, sino también dentro del PRD y otros partidos. La aceptación de Alfonso Ramírez es una muestra de que está llamando la atención —concluye.
El asunto no es menor, sobre todo si consideramos la presencia morenista en las curules de la Cámara.
Lo que sí es que Salinas asegura que la iniciativa sigue en discusiones al interior del Congreso, espera que sea parte de la discusión en la próxima Ley de Ingresos que anualmente se aprueba en la Cámara de Diputados cada noviembre. —Cuando se ve con cruda realidad, cuando se ve con objetividad, y se ven los beneficios para el país, creo que es necesaria —dice Salinas.
De lo que queda registro es que el avance en las pláticas en torno a la propuesta han resultado en modificaciones a la iniciativa original, como lo que concierne al tope de ingresos que debe tener una empresa para tributar, y la clarificación sobre que una empresa mexicana con presencia física en el país tampoco deberá pagar el ISR digital.
La discusión habrá de darse en torno a si emitir un impuesto especial con todas estas características es realmente necesario, o es una sobreregulación, en un deja vú que recuerda al desasosiego legislativo que hemos visto en torno a tecnología y movilidad, o tecnología y libertad de expresión.
Para Salinas, es claro que simplemente el sistema de impuestos en México, ha quedado rebasado por la economía digital.
Imagen | Alto Nivel
Esta es una investigación de Xataka México, para la reproducción parcial o total es necesaria la atribución a Xataka México mediante un enlace directo (sin “nofollow”) a la página individual del sitio donde se publicó dicho contenido originalmente.
Ver todos los comentarios en https://www.xataka.com.mx
VER 1 Comentario