Spotify, Epic Games, Deezer y otras compañías que conforman a la Coalición por la Equidad en las Tiendas de Aplicaciones (CAF, por sus siglas en inglés) están de fiesta, ya que Estados Unidos ha demandado a Apple por abusar de sus usuarios. Esa fue la noticia que resonó por todos lados a mediados de la semana. Y es que la gigante tecnológica de Cupertino se ha visto envuelta en diversas demandas.
La compañía de Cupertino ha enfrentado diversos procesos legales. A inicios de este marzo perdió el juicio contra Spotify teniendo que pagar 33 mil millones de pesos (la más alta en la historia de Apple); entre 2016 y 2020 se enfrentó al FBI, Qualcomm y Epic. Durante inicios de 2020 se enfrentó al gobierno de Francia y ahora a Estados Unidos.
Desde el punto de vista de la CAF, Apple es una empresa hegemónica que ejerce una gran presión sobre los desarrolladores externos a la compañía de la manzana y sobre los mismos consumidores.
Lo anterior fue dicho en un comunicado compartido por la CAF y escrito por Rick VanMeter, CEO de la organización, el cual dice lo siguiente:
"Con el anuncio de hoy, el Departamento de Justicia está tomando una firme posición en contra del control de Apple sobre el ecosistema de aplicaciones móviles, que sofoca la competencia y perjudica tanto a los consumidores estadounidenses como a los desarrolladores. [...] La queja del DOJ detalla la larga historia de conducta ilegal de Apple: abusando de sus directrices de la App Store y acuerdos con desarrolladores para aumentar los precios, extraer tarifas exorbitantes, degradar las experiencias de usuario y sofocar la competencia. El DOJ se une a los reguladores de todo el mundo, que han reconocido los muchos daños del comportamiento abusivo de Apple y están trabajando para abordarlo".
Estados Unidos pone en la mira a una de sus empresas más emblemáticas
Recordemos que a mediados de febrero se informaba que Apple estaba a punto de enfrentarse a una sanción económica por el caso legal con Spotify, que estaba relacionado con la tarifa del 30% de las ganancias generadas por aplicaciones exigida por Apple.
La batalla entre Apple y Epic ha sido un punto álgido desde que estalló, aumentando las tensiones. Lo sorprendente del caso es que el gobierno de su mismo país ha puesto una demanda contra la compañía más valiosa a nivel mundial. Apple es el emblema tecnológico de Estados Unidos, al menos en lo que se refiere a teléfonos móviles y dispositivos electrónicos. Y es que el Departamento de Justicia ha sido claro:
"La conducta excluyente y generalizada de Apple dificulta a los estadounidenses el cambio de smartphone, socava la innovación de aplicaciones, productos y servicios e impone costes extraordinarios a desarrolladores, empresas y consumidores".
En esta mar de declaraciones que desató la demanda, Daniel Ek, el CEO de Spotify, no desaprovechó la oportunidad para alzar la voz. De acuerdo con lo dicho por Ek, estaba en duda que Apple fuera castigada de alguna manera porque siempre los veían “salirse con la suya”, ya que la ley no se aplica “si eres Apple”.
La perspectiva de Apple
Por su lado, Apple ha jugado sus cartas tanto dentro como fuera de las cortes. Una declaración, mandada a diversos medios estadounidenses, deja en claro que dentro de la compañía se ven como las víctimas de una intervención gubernamental que puede poner en juego no solo su esencia y libertad, sino la de los consumidores:
"Esta demanda amenaza quiénes somos y los principios que distinguen a los productos de Apple en mercados ferozmente competitivos. Si tiene éxito, obstaculizaría nuestra capacidad para crear el tipo de tecnología que la gente espera de Apple, donde el hardware, el software y los servicios se intersecan. También sentaría un precedente peligroso, empoderando al gobierno para intervenir fuertemente en el diseño de la tecnología de las personas. Creemos que esta demanda es incorrecta en los hechos y en la ley, y la defenderemos vigorosamente".
Tanto la CAF como Apple se ven como el lado bueno de la historia, aunque conviene recordar que las empresas no solo velan por los intereses del consumidor, sino también por los de la misma compañía. Ya veremos quién ríe al último.