Mi primer contacto con el ámbito gubernamental fue en enero de 1997. En esta fecha inicié mi cargo como Secretario Técnico del Presidente Municipal de Saltillo. Al ser responsable de la información que operaba y necesitaba el Ejecutivo Municipal esperaba que mi antecesor tuviera una computadora. No fue así. Tampoco le reclamé pues por aquel entonces tener una computadora era casi un lujo.
Por varios meses mi trabajo lo hice “a mano”. Luego llegaron algunas computadoras para el personal con Windows 95. Yo fui uno de los privilegiados. Vale citar que el departamento de sistemas sí tenía computadoras pero era para procesar la nómina, básicamente.
De aquel año a la fecha mucho ha cambiado. El gobierno mexicano en todos sus órdenes y su relación con las computadoras es diametralmente diferente. Hoy estas existen en todos los gobiernos y un buen porcentaje del personal posee una para realizar sus labores.
Gobiernos y computadoras
Hasta donde pude investigar no existe mucha información (al menos pública) sobre las computadoras en el sector gubernamental mexicano y la que existe se enfoca más en la cobertura o en el uso de las mismas, y no detallando características técnicas tales como sistema operativo que usan, tipo de procesadores, tipo de computadora (PC, laptop, ultra portátil), marca, entre otros.
Bajo esta limitante, y citando el estudio de Gabriel Puron-Cid quien se basa en datos del INEGI del 2011, tenemos que en los gobiernos municipales existían a ese año 135,115 computadoras para 853 mil empleados municipales a nivel nacional. En ese entonces el uso principal de la mayoría de ellas (50.7%) era en funciones administrativas (tesorería contraloría, jurídico, etc.) mientras el 39.5% de ellas tenía funciones sustantivas (seguridad pública, desarrollo social, agua potable, salud, etc.).
Debe mencionarse que el INEGI ya realizó este mismo censo en 2013 pero por ahora los datos no están disponibles, pues quizás siguen procesando la información.
Por su parte los gobiernos estatales, según un censo del INEGI en 2013, cuentan con 870,361 computadoras (703,737 de escritorio y 105,960 portátiles) distribuidas entre 1.9 millones de empleados. Por cierto, sorprende que sea el estado de Guanajuato con el mayor número de computadoras con 117,868 mientras el DF posee apenas 45,033 y quedando por debajo de varios estados.
Respecto al gobierno federal lamentablemente el INEGI no ha realizado censo alguno en la materia, según se deduce del listado de censos publicados. Tampoco pude ubicar información de otras fuentes al respecto.
Sobre todos estos datos surgen dos preguntas que lamentablemente no se realizan por el INEGI en sus censos. Por su parte las empresas del ramo no difunden las respectivas respuestas (si es que las tienen); ¿Cuál es la distribución por sistema operativo en las computadoras de todos los gobiernos mexicanos? y ¿Cuál es la marca dominante en el mercado gubernamental?
Respecto de la primera pregunta es de intuirse que Windows es el dominante desde que conquistó a todo el mundo en los 90s. Prácticamente a cualquier oficina gubernamental mexicana que se entre y se visualice una computadora se observa que usa Windows.
Por experiencia propia en el ámbito gubernamental, y este es un dato empírico, existen ciertas áreas especializadas que requieren de uno distinto a Windows. Por ejemplo me ha sido común ver que las áreas de comunicación social operan con computadoras de Apple por aquello de sus trabajos en diseños y edición de audio y videos. También me ha tocado ver como algunos funcionarios de alto nivel por mero capricho piden a los de compras adquirirles este tipo de máquinas.
Sobre la segunda pregunta el responderla es igualmente complicado. A nivel general la marca líder en México a 2012 era HP con el 27.1% del mercado, según una nota de CNNExpansión. Pero a nivel segmento el contexto puede cambiar. Por ejemplo, en el ámbito empresarial se presume que Dell es la líder pero ¿cuáles son los números y quién lo es en el gubernamental?. Alejandro Pérez hizo en 2013 un análisis del mercado de las PC en México pero lamentablemente no lo hace por tipo de mercado sino por tipo de computadora (PC, Notebook, Ultraportable) y por marca (Lenovo y HP lideran).
Lo cierto es que la falta de información más detallada y pública impide dar respuesta puntual a todas las preguntas y definir ciertas políticas comerciales y públicas.
Gobiernos, páginas de Internet y navegadores
En una investigación que realicé en 2007 sobre las páginas web en los gobiernos municipales de Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, doy cuenta de que fue en 1989 cuando se iniciaron las conexiones de México a Internet. Específicamente en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con una orientación de uso académico y de extensión al servicio público, y en el Tecnológico de Monterrey, inicialmente, para el uso de su comunidad (Hernández, 2005).
En dicho estudio señalé que a Junio de 2003 tan sólo 129 municipios (de 2,439) poseían una página de Internet y para 2007 el número se incrementó a 606. Para 2011, según el estudio de Puron-Cid, prácticamente todos los municipios estaban conectados a Internet y en promedio en tales páginas se ofrecía información básica sobre nueve servicios públicos.
A nivel estatal la cobertura de páginas web era de 100% y obviamente a nivel federal también, quien para 2006 había puesto en línea 1,876 trámites gubernamentales en el portal www.gob.mx y que actualmente sigue vigente.
Pero una cosa es tener un portal web y otra la calidad de información y estructura del mismo. Según la revista Política Digital en su ranking 2012 de portales estatales web, y en el cual se evaluaron los criterios de Información, Interacción, Transacción, Integración y Participación, el estado ubicado en el primer lugar fue Jalisco seguido por Estado de México. En la parte baja de la tabla se ubicaron San Luis Potosí y Sinaloa.
La misma revista elaboró un ranking similar en 2010 para 518 portales de gobiernos municipales, siendo Hermosillo, Sonora, quien ocupó el primer lugar y el último Peñamiller, Querétaro.
Evidentemente a dos y cuatro años de distancia, respectivamente, la situación es diferente en todos los portales de gobierno mexicanos y una de ellas es que ya no se visualiza el añejo anuncio de “esta página se ve mejor en el navegador Explorer versión X.X”. Esto sucede en las páginas de los estados y municipios antes citados así como en las del gobierno federal. En otras palabras, al ciudadano ya no se le obliga a descargar tal o cual navegador para poder hacer uso integral de la respectiva página web, lo que tenía impacto en la participación de mercado de cada navegador.
Una página gubernamental que es crucial para cualquier mexicano es la del Servicio de Administración Tributaria (SAT) pues en ella se hacen trámites y pagos relativos a los impuestos. Cuando se está en la parte inferior de la página de inicio y se hace clic en el vínculo de “reglas de navegación”, surge una ventana que en pocas palabras indica que se puede usar con cualquier navegador. Esto reafirma lo indicado en el párrafo anterior.
Y si la libertad de explorar páginas web gubernamentales con el navegador que se desee es un hecho hacía con el ciudadano, lo mismo está aconteciendo al interior del gobierno. Al menos en los múltiples gobiernos municipales y agencias gubernamentales que me ha tocado visitar debido a mi trabajo principal, noto que los empleados utilizan el navegador de su preferencia, quedando atrás las rígidas políticas de los departamentos de sistemas en cuanto al uso de determinados navegadores.
Ya no es como antes, el gobierno también evoluciona
Los gobiernos deben ir evolucionando a la par de las preferencias tecnológicas de los ciudadanos pues a ellos se deben. Sería absurdo, por ejemplo, que desarrollaran apps para el OS Symbian cuando éste prácticamente ya desapareció del mercado. Esta adaptación gubernamental a la preferencia de sus clientes (internos y externos) presenta naturalmente sus particularidades, pero es más que evidente que los tiempos han cambiado.
Además no pidamos al gobierno estar al día en cuestiones tecnológicas pues no olvidemos que se trata de una institución burocrática que le toma tiempo modificar su estructura y además cuenta con presupuesto limitado. La buena noticia es que el desarrollo de la tecnología misma le está facilitando al gobierno el ubicarse, tecnológicamente hablando, donde el ciudadano le requiere. Por ello no es raro ya escuchar los términos de Smart-Governemnt o Smart-City, pero este es otro tema, al igual que el de los smartphones en gobierno.
Foto portada: Yumanuma
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