Supongamos que los adultos mayores de China quieren independizarse y formar su propio país. Sería el cuarto más poblado del mundo, después de Estados Unidos, gracias a sus 297 millones de personas mayores de 60 años. Con una representación del 21% del total de la población, los pensionados chinos comienzan a representar un problema para el capital del gigante asiático. La solución: aumentar la edad para jubilarse.
La problemática es la siguiente: la población de China envejece, el país enfrenta una economía en desaceleración y las tasas de natalidad registran niveles cada vez más bajos. Ante el panorama, China planea incrementar de manera gradual la edad legal de jubilación en los próximos cinco años como parte de sus esfuerzos para abordar el envejecimiento de su población y el creciente desafío que atraviesa su sistema de pensiones.
La propuesta surge desde una cuestión meramente interna: China tiene la edad de jubilación más baja en comparación con otros países. Un hombre puede jubilarse a los 60 años, mientras que las mujeres a los 50 o 55. Por lo tanto, la situación resulta alarmante ya que se estima que en la próxima década, la cantidad de adultos mayores podría aumentar hasta alcanzar los 300 millones.
Para mediados de siglo, se proyecta que el número de personas de 60 años o más superará los 500 millones, lo que representaría casi el 40% de la población total. Además, se prevé que en 2030 haya cuatro trabajadores por cada jubilado, cifra que se reduciría a solo dos para 2050. En pocas palabras, para mediados del siglo habrá casi el mismo número de jubilados y trabajadores.
Esta medida “mantendrá el impulso y la vitalidad del desarrollo económico y social”, indicó Wang Xiaoping, ministro chino de Recursos Humanos y Seguridad Social, según informó The New York Times. Con la nueva normativa, la edad de jubilación de los hombres aumentará a 63 años para 2040. Por otro lado, las mujeres con empleos administrativos podrán jubilarse a los 58, mientras que las trabajadoras manuales lo harán a los 55.
La iniciativa entrará en vigor, de manera gradual, a partir del 1 de enero de 2025. No obstante, todavía queda un remanente más: una vida digna como pensionado. Hao Pengfei, obligado a retirarse de sus labores como administrador de una manufacturera por haber cumplido 60 años, decidió trabajar como contador de un restaurante por el día y como guardia de seguridad de un hotel por la noche.
El testimonio recuperado por Aljazeera ejemplifica cómo los gastos de hipoteca, las renovaciones de la casa y las facturas médicas, que superaron sus ingresos mensuales por pensión, obligaron a Hao a volver al mercado laboral. "Creo que esto demuestra que para muchas personas nuestro sistema de pensiones no puede proporcionarles una vida digna hoy en día, lo que no es un buen augurio para el futuro", explicó.
La cereza del pastel: el escepticismo. "Aquellos que desean jubilarse anticipadamente están agotados por sus trabajos laboriosos, pero aquellos que desempeñan funciones cómodas y lucrativas no elegirán jubilarse. ¿Qué tipo de trabajos terminará con la generación más joven?".
Esa es la pregunta que más se repite en portales chinos. Los jóvenes en redes expresaron su preocupación ante la posibilidad de menores oportunidades laborales si los trabajadores mayores se quedan dentro de la fuerza de trabajo durante más tiempo. Para ellos, esto representa un acceso más tardío a sus pensiones.
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