El nuevo proyecto científico para identificar rápidamente casos de COVID-19 requiere de recabar miles de audios de gente tosiendo. Se trata de un proyecto en ciernes del Instituto Tecnológico de Masachusetts (MIT) en donde se quiere construir una app en donde, a partir de algoritmos computacionales, se distinga rápidamente las características de sonido de la tos de un paciente sano, de la tos de un paciente con COVID-19.
El reto es mayúsculo, y la única forma de llegar al objetivo es establecer patrones auditivos de la tos, de forma que el MIT está recabando audios de quién quiera grabarse tosiendo, ya sea que esté enfermo o no, para luego enviarlo. La tarea es titánica, de forma que se están aliando con centros de investigación de todo el mundo, y en México lo han hecho con la Universidad de Guadalajara. "¡Todas las toses son bienvenidas!" se lee en el enfático banner del sitio toseconcausa.udg.mx.
La Universidad de Guadalajara recibirá los audios de personas de entre 20 y 99 años que deseen participar. Solo piden que, al momento de la grabación, no haya una persona en seis metros a la redonda. Se trata de una medida esencial y preventiva para evitar contagios. También se solicita que que el dispositivo de grabación (que bien puede ser un smartphone) sea limpiado al final del ejercicio, así como también las manos del que tose.
La participación es altruista, no hay remuneración a cambio del audio, pero sí hay un formulario disponible para que los interesados envíen sus dudas antes de mandar su audio.
Cómo hacer la grabación
Para comenzar el procedimiento se debe ingresar a Toseconcausa.udg.mx. En el apartado 'graba tu audio de tos' está el aviso de confidencialidad y el consentimiento informado. Al aceptar términos y condiciones aparece la casilla para comenzar a grabar desde un dispositivo. El audio debe grabarse desde ahí, la página no acepta que se carguen archivos pregrabados.
El audio debe tener, de preferencia, tres episodios de tos, incluso si la tos se está forzando en el caso de los participantes sanos. El audio, en todo escenario, debe durar menos de sesenta segundos. A la mano, el participante debe tener con qué desinfectar el dispositivo que está usando para grabar.
Cuando el usuario termina de grabar, debe presionar el botón de carga. Inmediatamente después aparece un cuestionario para indicar edad, género y si se tiene sospecha de tener COVID-19. También se pueden indicar si se tiene algún síntoma de la enfermedad. El usuario puede, al final, elegir si esta se trata de una donación voluntaria de una sola ocasión, o si está en condiciones de enviar más audios de tos de los siguientes días. Sucede que el proyecto también puede nutrirse de varios audios de tos de una misma persona.
Los que se comprometan a ayudar con más audios pueden grabar su tos diariamente durante los siguientes 14 días.
Los datos de los audios no se enlazarán a datos personales de los usuarios. Durante el cuestionario luego de la grabación en ningún momento se cuestiona sobre datos personales.
Si el proyecto consigue el objetivo de crear una base de datos confiable y robusta, el MIT hará una aplicación open source que será totalmente gratuita y que ayudará en el diagnóstico del COVID-19.
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