Teníamos medio siglo tratando de descubrir quién hizo esta pintura renacentista: una IA acaba de resolver el misterio en un 97%

Steve Saldaña

Editor Senior

Periodista de tecnología y ciencia. Escribo y analizo la industria de plataformas tech en México y soy fan de la ética tecnológica. También soy miembro de la Red Mexicana de Periodistas de Ciencia. Hago locución comercial, produzco podcast y soy presentador del podcast semanal ROM. LinkedIn

Si en realidad Rafael Sanzio pintó el Brécy Tondo, la pintura renacentista circular que sirve de portada a este texto, sigue siendo al día de hoy una incógnita. La suposición más certera la tenemos de voces más que conocedoras, como la del coleccionista George Lester Winward que compró la pieza hace más de 30 años. Rincones y agujeros recónditos en la historia del arte sobran por montones y no hay herramienta precisa que pueda arrojar claridad sobre ellos.

Hasta ahora. Un grupo de investigadores se apoyaron de inteligencia artificial para conocer con la mayor exactitud posible el origen de la pintura. Para entender los resultados habría que entender primero algunos detalles importantes de la pintura. La principal sospecha de que la pintura proviene de Rafael está en los rostros de la Brécy Tondo, pues son exactamente iguales a los rostros de la María y el niño Jesús en la Madonna Sixtina, una de las obras más representativas de Rafael.

Claro que solo podría ser una copia hecha por alguien más y no pasaría nada más. Luego, en 2004, la pintura fue estudiada con análisis espectrocópico Raman y el profesor Howell Edwards de la Universidad de Bradford encontró algunos pigmentos que se solían utilizar previo al siglo XVII. Además, el pegamento a base de almidón derivado de vegetales dio la evidencia necesaria para convencer a los más escépticos sobre la época origen de la pintura. La pintura es, definitivamente, renacentista.

La duda persistente

Los rumores y estudios han seguido durante las dos décadas anteriores e incluso se ha llegado a sugerir que la Brécy Tondo tiene los rostros originales que luego Rafael usó en la Madonna Sixtina; vaya, que habría sido una especie de borrador de la obra maestra que en su momento fue encargada por el papa Julio II.

Quizás nunca haya forma de saber por completo el orden de creación entre las pinturas, pero ahora lo que sabemos es que los rostros son tremendamente similar. La inteligencia artificial de la que echaron mano en las universidades de Bradford y Nottingham hicieron reconocimiento facial sobre los rostros y la conclusión fue que su similitud es del 97% para la mujer y 86% para el niño. Los rostros lucen similares al ojo humano, pero la inteligencia artificial fue capaz de hacer un análisis pixel por pixel, dijo el profesor Hassan Ugail, uno de los autores del estudio.

El dato duro demuestra que se usaron modelos idénticos para ambas pinturas y, sin lugar a dudas para los especialistas, que provienen del mismo artista. El sistema que fue utilizado es una red neuronal profunda que fue entrenada para reconocer y comparar rasgos faciales en miles de dimensiones. El artículo académico sobre su uso fue presentado en la Conferencia Internacional SKIMA2022 en la Universidad de Tecnología y Ciencia de Camboya.

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