La manera en que entendemos el desempleo debe cambiar. No se trata ya solamente de eficiencia económica, igualdad de oportunidades o distribución de riqueza, temas por sí mismos importantes de distintas maneras, sino ahora, literalmente, de cuestión de vida o muerte.
Históricamente los indicios de vínculo entre las tasas de desempleo y las tasas de suicidio han sido claros. Pero correlación no significa causalidad. Que dos tendencias reaccionen de forma similares y tengan proporciones vinculadas no quiere decir que una provoque a la otra. De ahí que el nuevo estudio hecho con números de Australia sea tan innovador: por primera vez establece una relación de causalidad para determinar que las tasas de suicidio definitivamente están influenciadas por las de desempleo.
Los datos utilizados son los del Buró de Estadística Australiano. Fueron considerados datos de empleo y desempleo de 13 años y la abrumadora conclusión es que el desempleo provocó en 3,000 suicidios entre 2004 y 2006.
Publicado primero por The Conversation, el artículo de investigación localizable en Science Advances se hizo valer de una compleja herramienta para establecer causalidad. Su nombre es Mapeo Cruzado Convergente, o CMM por sus siglas en inglés. Esencialmente funciona utilizando el dato de 'variable A' para predecir 'variable B' en un sistema dinámico. Si solo se modifica 'variable A', el resto de las variables permanecen acotadas y 'variable B' responde como se espera que lo haga, entonces lo más probable es que haya una relación causal.
CMM es la misma herramienta que se ha utilizado antes para determinar otras relaciones causales, como por ejemplo, que el incremento de humedad en ciertas regiones produce incrementos en casos de influenza, o que los rayos cósmicos contribuyen al enfriamiento del planeta.
Desempleo, como nunca antes había sido visto
Hasta ahora la relación y vínculo entre suicidio y desempleo ha sido objeto de discusión entre científicos. El último análisis de 2018 examinó datos de 63 países y concluyó que definitivamente hay una asociación estadísticamente significativamente entre desempleo y suicidio, sin importar si se trata de hombres o mujeres. El problema es que definir la relación es muy difícil pues en la relación hay otros elementos muy distintos en cada país. No es la misma la noción social de quien vive desempleado en Egipto que en Corea.
Pero el nuevo estudio presenta el panorama más claro hasta la fecha y deja abierta la puerta, más que nunca, para que la relación causal esté presente en otros países, incluido México. Las repercusiones políticas, sociales y económicas deberían ser gigantescas porque la política pública enfocada en acabar con el desempleo ahora puede entenderse como una de carácter humanitario, ya no solamente de propósito social y económico.
Si proveer empleo salva vidas ¿la política pública que no cierra brechas de desempleo favorece el suicidio? ¿Qué pasa con la migración a causa de falta de oportunidades laborales?
La tasa de suicidio en México es de 6.5 por cada 100,000 habitantes, según el INEGI. En adultos jóvenes se trata de la segunda causa de muerte más frecuente. Con corte al primer trimestre de 2023 la tasa de desempleo en México es de 2.7%, lo que significa cerca de 1.6 millones de personas desocupadas, más otras 4.3 millones de personas subocupadas, es decir, que tienen necesidad y voluntad de trabajar más horas.
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