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Miles de toneladas de polvo del desierto del Sahara están llegando a México: viajan medio planeta para visitar Monterrey y Yucatán

Steve Saldaña

Editor Senior

Periodista de tecnología y ciencia. Escribo y analizo la industria de plataformas tech en México y soy fan de la ética tecnológica. También soy miembro de la Red Mexicana de Periodistas de Ciencia. Hago locución comercial, produzco podcast y soy presentador del podcast semanal ROM. LinkedIn

Magnesio, Calcio y hasta cobre viajan en una macro nube de polvo que puede verse desde el espacio. Comienzan su travesía al norte y este de África, y su destino es el Caribe, Sudamérica, y de paso Florida, Monterrey y Yucatán.

Es un viaje nada corto de más de 7,000 kilómetros, pero que las partículas hacen todos los años: de pasar a ser nube descargada sobre el desierto más grande del mundo, el Sahara, luego vuelven a evaporarse con el calor de más de 50 grados centígrados, solo que vuelven al ambiente con sedimentos del suelo. Así, toneladas de nutrientes, pero también elementos tóxicos, viajan con las corrientes de aire medio planeta para llegar al occidente.

En el camino hacen de todo, inhiben huracanes, fertilizan el océano y al llegar a su destino fertilizan el suelo, pero pueden provocar también mala calidad del aire, el eterno dolor de cabeza de las grandes ciudades.

La acumulación en la superficie del Sahara es sencilla, pues al tratarse de un terreno donde había lagos y mares hace miles de años, la superficie es muy accidentada.

La NASA lleva documentando por al menos una década el desplazamiento de alrededor de 40 millones de toneladas de polvo que migran desde África al vecindario contiguo que es América. El polvo puede ser de tamaño microscópico, pero en grandes cantidades no se ve distinto al polvo doméstico.

El investigador de la NASA, Santiago Gassó, explica que los principales impactos son sobre centro y sudamérica. Los efectos son variados: el fósforo y el nitrógeno puede ser utilizado por las plantas luego de caer en forma de lluvia. El fitoplankton y las bacterias animales en el océano atlántico también pueden ocupar los nutrientes.

El problema está en la calidad del aire. En Estados Unidos ya han registrado consecuencias de la nube de polvo, de acuerdo a la NASA. En el Caribe el principal problema es que no hay infraestructura para hacer una medición precisa de la calidad del aire, explica Gassó.

La nube de polvo llega en menor medida a Florida, Monterrey y Yucatán, en donde sí hay estaciones de monitoreo. De acuerdo a Alfonso Martínez, director del Observatorio Ciudadano de la Calidad del Aire en Monterrey, hubo un día de julio del 2018 que todas las estaciones de monitoreo de la ciudad se pusieron en alerta roja con mediciones de más de 151 puntos IMECA.

Incluso, asegura el investigador, las partículas menores a 2.5 micrómetros pueden incrementar. Ciudad de México ya tiene experiencia indeseable en el tema de las PM2.5.

Lo curioso, dice, es que siempre se piensa en la calidad del aire como un fenómeno local cuyas causas solo son de origen local. No siempre es así, además de las emisiones locales habrá que considerar incendios forestales y hasta el polvo del Sahara.

En 2018 ya se monitoreaba la llegada del polvo a la península de Yucatán.

Efectos aún sin explicar

El fenómeno está lejos de ser entendido en su totalidad. De acuerdo al Instituto Metereológico de Costa Rica, la nube de polvo puede ser un riesgo para personas alérgicas o asmáticas. El apunte de hecho fue confirmado por el observatorio de la NASA, aún con que no se conoce la magnitud de la posible afectación.

En Yucatán, Monterrey y zonas del noreste del país, la nube de polvo comenzaría a hacerse presente desde este fin de semana y durante toda la próxima semana, hasta el 28 de junio.

Como parte de los fenómenos no explicados, está el que el cobre en particular, transportado por el polvo, puede ser tóxico para corales en el golfo y caribe. Los corales incluso pueden ser atacados por hongos que están presentes en el polvo. Al ni siquiera provenir de su propio ecosistema, los corales no están preparados para hacerles frente.

Entre otros efectos, las tormentas eléctricas y lluvias fuertes tienen menos probabilidades de aparecer, y los atardeceres y amaneceres se vuelven más rojizos.

La Administración Nacional de Océanos y Atmósfera de Estados Unidos (NOAA) publicó una clara imagen de la nube de polvo el 27 de junio del año pasado.

Entre lo más interesante es que en los rastreos satelitales parte del polvo parece incluso provenir desde Iraq y Arabia Saudita.

El avance en tiempo real de la nube de polvo puede ser monitoreado en línea. La NOAA ha dispuesto de una herramienta para ver el globo en tiempo real, con ayuda de los satélites en órbita. En el sitio además se puede filtrar las vistas del planeta con visión infraroja y vapor de agua.

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