La política de la nueva administración es bastante clara en torno a los Organismos Genéticamente Modificados: no usarles ni en el más mínimo nivel para no comprometer la diversidad de especies de maíz en México.
Pero el Centro de Investigación y Estudios Avanzados, Cinvestav, subraya que aún hay mucho que analizar y aprender de los efectos de los organismos cuya información genética es deliberadamente modificada, con tal de hacerlos más resistentes a plaguicidas y así potenciar su crecimiento. La respuesta está en la ciencia, aseguran.
María Elena Álvarez Buylla, titular del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, ha destacado en múltiples ocasiones cómo es que los transgénicos atentan frontalmente contra los conocimientos ancestrales de comunidades en México que han apoyado el desarrollo de especies nativas en México, razón principal bajo la que se sustenta el rechazo hacia los transgénicos. Hasta el propio presidente, López Obrador, ha sido muy vocal en cuanto a su rechazo a transgénicos, recientemente confirmado en su mensaje por los primeros 100 días de su administración.
Pero "se están haciendo especulaciones" sobre los efectos de los transgénicos, según Beatriz Xoconostle Cázares, del Departamento de Biotecnología y Bioingeniería del Cinvestav.
"No deberíamos tener miedo a la palabra 'transgénico'"
Analizar los efectos de los transgénicos es trascendental para la seguridad alimentaria de México de acuerdo a José Luis Leyva, secretario de planeación del Cinvestav. "No deberíamos tener miedo a esa palabra" dice, pues hace falta mucha información sobre ellos.
Aún así, la investigación en México sobre transgénicos ha quedado relegada a un segundo plano, mientras que muchos países no han detenido su propia investigación, de acuerdo a Beatriz Xoconostle. No avanzar en la materia hará que en un futuro nuevas variedades de maíz tengan que importarse, pues no habrá regulación nacional sobre su producción.
La OMS y la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos no han relacionado los transgénicos con daños a la salud. Aunque estudios siguen llegando, en México 90 por ciento de las tortillas tendrían transgenes según un estudio de Álvarez Buylla, y no hay una ley de etiquetado para transparentar los contenidos de los alimentos
El llamado a "no satanizar" los Organismos Genéticamente Modificados ha provenido anteriormente también por la UNAM, pues no se han encontrado efectos nocivos en su consumo ha asegurado el investigador Francisco Bolívar.
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