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La mayoría de las mujeres podrían no necesitar hacerse un papanicolau anual

El papanicolau es una prueba de laboratorio para descartar la presencia de lesiones precancerosas, y prevenir el cáncer cervicouterino. A todas las mujeres se nos recomienda practicarnos este examen a partir de los 25 años de manera anual, pero de acuerdo con una publicación en los Annals of Internal Aedicine, la periodicidad de este examen podría reducirse a una vez cada tres años.

Esta nueva guía para la práctica del papanicolau se ha publicado el día de hoy por el American College of Physicians (Colegio Americano de Médicos - en traducción libre), una organización nacional de médicos en los Estados Unidos. De acuerdo con esta nueva guía, las mujeres menores de 21 años no necesitan hacerse esta prueba, sin importar su historial de salud sexual, porque podría recibirse un resultado anormal, sin que jamás se desarrolle el cáncer cervical.

En medicina preventiva, siempre parece que nos están pidiendo diversas pruebas para comprobar nuestro estado de salud, pero en el caso del papanicolau, hacer los exámenes muy seguido, puede aumentar la incidencia de falsos positivos - es decir - que haya mujeres que se declaran enfermas cuando en realidad no lo están. Además los exámenes confirmatorios o de seguimiento, aumentan el costo del cuidado de la salud y pueden ser dolorosos.

En el vecino país del norte, 6 de cada 10 mujeres han sido sometidas a un papanicolau desde los 21 años. Pero de acuerdo con Tanveer Mir, médico del Board of Regents del American College of Physicians:

Hacer la prueba más de una vez cada tres años no nos lleva a un mejor cuidado de la salud, sino a un cuidado innecesario. El enfoque de estas nuevas gías es que los médicos pueden proveer un buen cuidado, reduciendo el sobre-tratamiento

En la mayor parte de los casos, el cáncer cervical es una consecuencia a largo plazo de una infección de alto riesgo con el virus del papiloma humano, una infección que se transmite sexualmente. Se ha estimado que 13 mil mujeres serán diagnosticadas con cáncer cervical este año en los Estados Unidos, y que 4mil de ellas morirán por esta enfermedad, en México de acuerdo con el IMSS el cáncer cervicouterino es el padecimiento más frecuente en las mujeres mexicanas. Sin embargo, tanto en México como en Estados Unidos, la incidencia de esta condición ha bajado en las últimas décadas, sobre todo porque se han hecho más pruebas para descartarlo.

Aún así, no debemos olvidar que esas pruebas, al menos en los Estados Unidos (en 2010) costaron más de 6600 millones de dólares, y mientras los investigadores continuan buscando los factores que aumentan el riesgo de cáncer cervical, han llegado a la conclusión de que hacer una prueba anual a mujeres que no tiene un historial de cáncer cervicouterino o un sistema inmune deprimido, no tiene mucho sentido, sobre todo, si tomamos en cuenta los riesgos de salud asociados a la práctica excesiva de pruebas.

El papanicolau puede provocar ansiedad a corto plazo, también molestias físicas que en algunos casos puede dar lugar a sangrados, también los falsos positivos pueden llevarnos a enfrentar largos periodos de vigilancia innecesaria, ya que las mujeres que reciben un resultado anormal que no precisa tratamiento, son vigiladas estrechamente, sin importar la edad que tengan. De hecho, puede darse el caso de que al hacer la prueba anualmente, en las mujeres más jóvenes que hubieran presentado una lesión cervical, impediría que el cuerpo sanara por sí solo. Por si esto fuera poco, hay consecuencias negativas para la salud relacionadas con todo esto, tales como complicacones en el embarazo y alto riesgo para tener bebés prematuros.

Si bien no creo que estas medidas se adopten pronto en nuestro país, es necesario que comentemos en confidencialidad con nuestro ginecólogo estos hallazgos, y permitamos que sea él o ella quien nos guíe en la dirección correcta. Recordemos que no porque las cosas hayan cambiado del otro lado del Río Bravo, tendrán por qué cambiar aquí. También es necesario hacer hincapié que el American College of Physicians está sugiriendo que los exámenes sean más espaciados (uno cada tres años) en mujeres que no son una población de alto riesgo, es decir, las que no tienen una historia previa de lesiones precancerosas o cáncer cervical, aquellas que no tienen deprimido su sistema inmune, las que no fueron expuestas a estrógenos sintéticos cuando estaban en el vientre materno, lo cual fue común entre 1940 y 1971 y las menores de 21 años.

Para mujeres mayores de 30, estas nuevas guías sugieren que puedan espaciarse los exámenes a uno cada 5 años combinando el papanicolau y la prueba del Virus del Papiloma Humano (VPH), en mayores de 65 años, las pruebas ya no son necesarias si sus últimos tres papanicolau fueron negativos, o sus últimos dos tests de VPH fueron negativos también.

Sin embargo, no está de más que dialoguemos con nuestro médico, solo él o ella son los indicados para sugerirnos el tiempo que debe pasar entre cada test, ya que ellos son quienes conocen mejor nuestro estado de salud en general.

Vía | Annals of Internal Medicine

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