México está en el camino de tener que tomar decisiones difíciles en torno a la pandemia por COVID-19. Por ello, un documento fue subido al sitio del gobierno federal titulado 'Guía Bioética de Asignación de Recursos de Medicina Crítica', que establece, entre otras cosas, los criterios por los cuales se elegirá a algunos pacientes para que reciban insumos médicos escasos, como respiradores, en caso de sobresaturación de hospitales.
El escándalo ha seguido a la publicación del texto: la Universidad Nacional Autónoma de México se deslindó de él, diciendo que el rector de la institución, Enrique Graue, es vocal del Consejo de Salubridad y no fue consultado para la aprobación del texto. La Comisión Nacional de Bioética dijo que el documento tiene "diversas deficiencias argumentativas en su redacción", por lo que llama a revisarlo para tener una versión que sea "incluyente".
La polémica
El documento está firmado por la doctora María de Jesís Medina, investigadora del Instituto de Investigaciones Jurídicas y miembro del comité de ética del Consejo de Salubridad, y el doctor César Palacios-Gonzáles, investigador y coordinador de la maestría en Ética Práctica del Centro Uehiro de Ética Práctica de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Oxford. Ambos, consultados por el Consejo de Salubridad, hicieron el texto que establece que el principio que debe atenderse es el de salvar la mayor cantidad de vidas por completarse.
El mecanismo para determinar la priorización de pacientes en un sistema de salud no es nuevo, y se llama triaje. Organismos gigantes como la OMS y la UNESCO lo han tratado antes, e incluso han dado directrices sobre cómo debe ser el triaje en casos de saturación de hospitales, pero en sus documentos abundan conceptos y no directrices concretas. La OMS ha considerado que cada país debe establecer sus propios sistemas de triaje.
La todavía propuesta en México establece que los recursos escasos deben ser asignados sin tomar en cuenta afiliación política, religión, valores sociales, nacionalidad, género, raza, preferencia sexual y discapacidad. Sí deben ser tomadas en cuenta sin embargo la presencia de comorbilidades (enfermedades que agravan la condición del paciente, como diabetes y obesidad), y la pronóstico de supervivencia de corto y largo plazo.
Así, una persona sin comorbilidades y con buen pronóstico, sería elegida para recibir un respirador, antes que una persona con comorbilidades y con pronóstico desfavorable.
La propuesta incluso incluye una tabla de puntos, en donde pacientes con menores puntos tienen más posibilidad de supervivencia, y por lo tanto deberán recibir insumos médicos escasos.
Uno de los puntos que están causando debate es que, en caso de empates, personal de salud deberán recurrir al principio de vida completa, lo que significa que pacientes más jóvenes deberán recibir atención, sobre pacientes de mayor edad. Si los pacientes están en el mismo rango de edad pero son de diferente sexo, entonces se puede considerar la letalidad que ha registrado el COVID-19 ha presentado en sexos.
Pero si nada de lo anterior es concluyente, las decisiones se tomarían al azar, "por ejemplo lanzando una moneda" se lee textualmente en el documento.
En todo caso, personal de salud deberá tener en todo momento prioridad absoluta. Hasta la OMS coincide en este punto. No se trata de favorecer a toda persona que se dedique a temas de salud, sino en específico a aquellos que están en la primera línea de defensa y tratamiento ante la pandemia.
El documento también establece que tendría que haber comités de triaje dedicados a elaborar la puntuación de pacientes, así como mecanismos de apelación por parte de pacientes y familiares a las decisiones de esos comités. Por ello habría otros comités dedicados a la supervisión de las decisiones de los primeros y a decidir sobre las apelaciones.
En todo caso, al documento lo rige el principio del utilitarismo, el principio ético por el que se busca el mayor bien, para el mayor número de individuos involucrados, privilegiar a pacientes con mejor pronósticos es, en el mejor de los casos, precedente a lograr mejores tasas de recuperación de la enfermedad. El principio utilitario de hecho es parte de la discusión de ética en tiempos de COVID, aunque cada país está decidiendo su propia forma de triaje.
"Sería deshonesto no considerar edad"
Con la pandemia avanzada en otros países, es natural que estos debates lleven un tiempo dándose en otras partes del mundo. Las preguntas son las mismas: ¿cómo determinar a qué paciente destinar recursos médicos que son escasos? ¿Qué factores se deben tomar en cuenta para elegir a uno sobre otro?
Arthur Caplan, director de la división de ética médica del centro Médico Langone de la Universidad de New York, dijo a 'The Wahington Post' que no considerar las edades sería incluso "deshonesto". No es que la edad sea el único factor a tomar en cuenta, pero, explica, pacientes jóvenes generalmente se reponen más rápido, dejando también más prontamente su ventilador disponible para el siguiente paciente.
En España se enfrentaron al mismo dilema, y los expertos en ética consultados dijeron que establecer una visión utilitarista podría promover prejuicios contra las personas mayores. A través de un informe argumentan que no priorizar a adultos mayores, que son al momento un grupo vulnerable ante el COVID-19 es "radicalmente injusto".
No solo es sobre dignidad humana (equivalente para todos los seres) es que desde la perspectiva kantiana no debe utilizarse a personas como medios para fines, por más comunales que se supongan. Así, "conceptos tales como utilidad social o similares no responden a los principios bioéticos que deben informar la toma de decisiones en el ámbito asistencial" sentencia el documento.
La OMS en su documento de directrices en torno a gripes pandémicas, establece que el principio de utilidad no debe ser la única consideración ética, y habla que deben considerarse tanto beneficios individuales como comunitarios. Entre los criterios que sugiere a considerar son los de justicia y equidad, y reconoce que este último choca de forma frontal con el concepto de utilidad, puesto que por él se recomienda atender prioritariamente a pacientes que estén más graves, sin importar su edad.
También recomienda, bajo el mismo principio, atender prioritariamente a poblaciones vulnerables.
La Organización Mundial de la Salud no descarta considerar criterios de edad, pero dice que solo deben adoptarse después de una "consulta pública amplia".
Claro que 'tiempo' es lo que menos se tiene ante una pandemia.
Imagen | Staugustine
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