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José Antonio de Alzate: un filósofo mexicano que, con un "simple" invento, ayudó a ahorrar millones de litros de agua en el mundo

¿Sabías que el flotador del baño es un invento de un mexicano? Pues sí, resulta que hasta casi finales del siglo XVIII no había un método efectivo, práctico y automático para hacer que dejara de fluir el agua hacia una fuente, y tomando en cuenta que en la Ciudad de México había un exceso de agua, toda la que no se contenía en los recipientes, se desperdiciaba.

Ante este panorama, José Antonio de Alzate, un genio de la época, estudió un poco las máquinas hidráulicas y logró inventar el flotador u obturador automático que permitió ahorrar millones de litros de agua cada día y que hoy es omnipresente en los excusados y tinacos.

¿Quién fue José Antonio de Alzate?

José Antonio de Alzate y Ramírez fue un filósofo pero no solamente eso, también se dedicó a otras áreas del conocimiento, así fue teólogo, sacerdote, astrónomo, cartógrafo, geógrafo, historiador, naturalista, botánico y periodista, nació en el Estado de México, en la localidad de Ozumba el 21 de noviembre de 1737.

Al ser de una familia acomodada, tuvo la capacidad económica de entrar a los 10 años al Colegio de San Ildefonso, unos años más tarde ingresó movido por su interés de conocer y divulgar el saber en un afán de lograr el progreso de la Nueva España se matriculó en la Real y Pontificia Universidad de México donde recibió el grado de Bachiller en Artes, y posteriormente el grado de Bachiller en Teología.

Su labor como periodista científico

En aquella época, el acceso al conocimiento y a los avances en las ciencias estaba limitado a quienes pertenecieran al clero o formaban parte de las estructuras de gobierno, tal parece que la carrera eclesiástica fue para Alzate una forma de lograr sus objetivos y saciar su sed de saber.

Fundó el Diario Literario de México en 1768 con la finalidad de dar difusión a las noticias científicas provenientes de Europa, dándole importancia a los temas que él creía podrían ser de provecho para sus lectores, así en un mismo ejemplar podían convivir temas de agricultura, medicina, astronomía, botánica, arquitectura y zoología por mencionar algunas de las ciencias que en este siglo de las luces (siglo XVIII) estaba floreciendo principalmente en Europa, pero también en la Nueva España. Como también le gustaba hacer sus propias investigaciones e inventos, no tardó en utilizar esa publicación para dar a conocer sus hallazgos.

En aquella época, era muy frecuente que las noticias científicas circularan por el orbe en griego y en latín, sin embargo, José Antonio de Alzate decidió traducir aquellos textos al español y con eso lograr que más personas tuvieran al alcance las novedades en los distintos ámbitos científicos.

En uno de sus ejemplares, daba la idea y el argumento de por qué debía reconsiderarse el cultivo del cacao en la parte sur del país, ya que para él era una calamidad el que los habitantes de esos parajes tuvieran tantas tierras fértiles a su disposición pero las cedieran sin más a las hierbas y "animales incómodos".

Habla de los beneficios económicos del cultivo del cacao en virtud del alta demanda del chocolate en "ambas Españas". Describe el árbol del cacao en los términos siguientes:

El cacao o cacagual es un árbol que en su mayor altura no crece arriba de veinte pies muy cerca del suelo empieza a dividirse en cuatro o cinco ramas y la más gruesa no excede de siete pulgadas su hoja es muy parecida a la del naranjo tiene de longitud de cuatro a seis pulgadas de diámetro de latitud de tres a cuatro y termina en punta. El color es de un verde entre obscuro y ceniciento y no lustroso como el naranjo. El árbol no es muy poblado de hojas y en ocasiones suele exceder el número de mazorcas al de aquellas la flor es blanca y mediana y de su corazón nace la mazorca como en los demás árboles el fruto crece hasta seis o siete pulgadas y engruesa de cuatro o cinco.

También explica cómo deben sembrarse los granos, en qué tipo de terreno y con qué necesidades de agua, la distancia a la que deben estar los árboles, las plagas y enemigos naturales que acechan el cultivo, que hay dos cosechas una por navidad y otra por San Juan, pero también advierte que el árbol da frutos todo el año, aunque de manera no tan abundante.

En otro de sus ensayos habla acerca de la precisión de los relojes de bolsillo y la forma que tiene de probarla comparándolo con un reloj de péndulo, registrando las diferencias entre uno y otro, y si la diferencia era de uno o dos minutos, darlo por bueno, pero en cuanto la diferencia rebasara los 4 minutos, dar por hecho que el reloj de bolsillo no valía para nada.

En cuanto a los terremotos (que desde antaño eran frecuentes en la Ciudad de México) advierte que si hay signos para los terremotos, son tan inmediatos antes de que sucedan que no es posible anticiparlos. Quien diga que sí es posible y defienda esa postura, habrá de preguntarles a los que dijeron conocer del suceso con antelación si se habían refugiado en los campos para evitar el peligro.

Casi ningún tema se escapaba de Alzate, que tenía una gran sed de conocimiento y sobre todo de ponerlo al servicio de su patria.

Su mayor invento: el flotador u obturador automático

Esquemas del flotador publicamos en la Gaceta de Literatura de México por José Antonio de Alzate.

Seguramente has visto en el tanque del excusado, o en el tinaco una pequeña bola hueca que va unida a un mecanismo que al subir el nivel de agua corta la circulación, e impide que se desborde y consecuentemente se desperdicie.

Pues bien, este flotador o mejor dicho, sus ancestros, fueron inventados por José Antonio de Alzate en el año de 1790, derivados de la siguiente observación:

... en un terreno horizontal: después de llenar una fuente, si no se tiene el cuidado de cortar la comunicación de la cañería, ya sea por medio del instrumento que llaman llave, o por otro arbitrio, la fuente está continuamente repletándose de agua, y pierde otra tanta de la que recibe... Cortar la comunicación, cuando la fuente está llena por medio de la llave o por sofocación en la alcantarilla o ventosa, es medio seguro...

Con un lenguaje deliberadamente sencillo, José Antonio de Alzate explica en el Volumen 2 de su Gaceta de Literatura de México este invento que ayudó a ahorrar millones de litros de agua en la antigua Ciudad de México. Alzate veía en la ciudad un exceso de agua que se desperdiciaba porque las fuentes seguían llenándose aún cuando ya estuvieran llenas, haciendo que el agua sobrante se derramara.

Antes del invento del flotador, algunas familias encargaban a un criado para que fuera el que abriera y cerrara la llave según las necesidades de agua, pero esto resultaba impráctico.

Un "todólogo" del siglo XVIII


Alzate es reconocido como un polímata, ya que siempre quiso conocer acerca de diversas áreas del saber humano, tan es así que en el libro "El sabio José Antonio de Alzate y Ramírez de Santillana" se consignan hasta 10 roles sociales que Alzate desempeñó a lo largo de su vida:

1. Científico: por sus intereses intelectuales y sus investigaciones.
2. Crítico literario: si bien es una de sus facetas menos conocidas, en sus publicaciones hacía críticas férreas a obras que él consideraba estaban condenadas al fracaso.
3. Ensayista: por hacer que los saberes se transmitieran en un lenguaje accesible para la mayoría, escribiendo en correcto español.

4. Filósofo: por sus profundas reflexiones acerca de la vida, sus actitudes intelectuales y sus argumentos para la crítica.
5. Historiador: en cuanto a que fue un estudioso del pasado de México, tal como lo atestigua su documento: "Descripción de las antigüedades de Xochicalco".
6. Maestro: aún sin haber impartido una sola clase, su ambición por hacer llegar el conocimiento a la mayor cantidad de personas posible.
7. Periodista: gracias a sus publicaciones periódicas que financió, redactó, maquetó, e incluso distribuyó, puede decirse que Alzate fue un periodista muy completo de su tiempo.
8. Sacerdote: la única profesión para la cual recibió una educación formal y que desempeñó como sacerdote visitante en la sociedad novohispana.
9. Tecnólogo: Como impulsor de la aplicación de la ciencia a la técnica, gracias a lo cual tenemos el flotador, el barreno inglés, el pararrayos, un farol hexagonal para mayor iluminación del entorno, entre otros.
10. Traductor: debido a su deseo de llevar el conocimiento a la mayor cantidad de personas, se reconoce su labor como traductor del latín, el inglés y el francés al español.

Gracias a su dedicación a la divulgación científica, se creó en su honor la Sociedad Científica Antonio Alzate en 1884, a 85 años de su fallecimiento, que posteriormente cambió de nombre por el de Academia Nacional de Ciencias.

Observaciones meteorológicas y atmosféricas

Una de las cosas más asombrosas que le tocó atestiguar a José Antonio de Alzate fue sin duda una aurora boreal que pudo apreciarse desde la ciudad de México en el año de 1789.

Corría el día 14 de noviembre, cuando cerca de las 8:30 de la noche, Alzate fue avisado por su mozo que había una luz algo extraña en el cielo. Ese día lo acompañaba don Mariano de Castillejo, ambos subieron al observatorio y constataron que en el firmamento se podía observar una luz de color rojo.

En un principio la confundieron con el resplandor de un incendio, pero al poco tiempo se dieron cuenta de que era posible ver los cerros entre la luz, y también se asomaban algunas estrellas. El fenómeno duró cerca de una hora, pues según la Gaceta Literaria donde se publicó dicho hecho para las 9:30pm "apenas quedaba alguna tintura en el cielo".

Este inusitado hecho provocó temor entre las personas que lo vieron, pensando que se trataba del anuncio de algo malo o peligroso, sin embargo, Alzate explica que el temor producido por la aurora boreal es fruto de la ignorancia, y va más allá, comparando el temor producido por la aurora, con aquél producido por los rayos y los terremotos, diciendo que son efectos de la naturaleza y que son temibles, pero también podría ser temible la picadura de un mosquito que mate a mil o más personas por una fiebre aguda al año, siendo que un rayo apenas si mata a una persona por año (en aquella época).

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Imágenes | Flickr | Nextia | Frank Olsen

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