México tiene en sus ecosistemas una flora muy diversa: encontramos bosques de pino, encino y oyamel, selvas y pastizales. Gracias a esa variedad en la vegetación es que en nuestro territorio habitan múltiples especies de animales, entre reptiles, mamíferos, anfibios y aves.
De estas últimas, son emblemáticas el águila real, el pavón cornudo, el pavo ocelado, el tucán de pecho azufrado y el mítico quetzal. Pero estas aves no son las únicas que capturan nuestra atención por su belleza, pues hay otras como el recién descubierto papagayo de cabeza roja y alas azules que igualmente son dignas de admiración.
Ha sido el especialista en ornitología de la Universidad Autónoma de Nuevo León, Miguel Gómez Garza, quien en una expedición realizada a la Península de Yucatán ha descubierto a esta especie, cuyo sonido no había sido registrado antes. Un ave con un color rojo intenso en su frente y unos hermosos tonos azules en las puntas de sus alas.
Particularmente el color de su plumaje es lo que los diferencia de las otras dos especies que se conocen en la zona del hallazgo, pues ambas tienen frentes en color blanco. Además, su sonido es fuerte, corto, monónono y repetitivo. De allí, que esta semana un equipo de investigadores internacionales hallan descrito por primera vez a esta especie de loro, al que han llamado Amazona gomezgarzai o amazona de alas azules.
Esta especie tiene un tamaño aproximado de 25 centímetros y en uno de sus llamados imita al halcón, un enemigo natural de los loros. Si bien, los investigadores aún no están seguros del motivo de esta imitación, creen que lo hace para asustar a las aves de los árboles circundantes, logrando con ello que dejen las semillas, frutas y flores libres para su consumo.
El especialista, apoyado por Tony Silva de la Universidad de Florida y Pawel Mackiewicks de la Universidad de Breslavia, y con autorización del gobierno mexicano, pudo capturar un macho y una hembra de esta especie para su análisis, descubriendo que es resultado de una evolución de los papagayos de frente blanca nativos de la región.
En cuanto a su comportamiento, los papagayos de alas azules viven en grupos de menos de 12 ejemplares, y no se presenta cruza con el loro de frente blanca. Es importante señalar, que para realizar este estudio las aves no sufrieron ningún daño, siendo una de las pocas ocasiones en las que una descripción científica no ha requerido terminar con la vida de los animales analizados.
Por último, no hay que olvidarnos que este tipo de aves enfrenta año con año la destrucción de su hábitat, así como el comercio ilegal de sus ejemplares. Por ello, los investigadores están ya trabajando en un plan para proteger a esta rara especie de la que se considera no existen más de 100 ejemplares, motivo por el cual su conservación es una prioridad.
Más información | PeerJ
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