Cuando se invierte mucho dinero en una obra, se espera que genere grandes beneficios para la población, es así como en la Ciudad de México se ha invertido la cantidad de 15 millones de pesos para instalar y operar un biodigestor, es decir, un contenedor cerrado herméticamente donde se vierten desechos orgánicos, se diluyen en agua, y a partir de reacciones químicas se convierten en gas metano, cuidando así el medio ambiente.
Este biodigestor se localiza en el centro de acopio y comercialización de nopal-verdura de Milpa Alta. Se espera que maneje un promedio de 100 toneladas de basura orgánica al mes, generando 175 kilowatts-hora-día y 10 mil 950 toneladas anuales de fertilizante.
Los locatarios del complejo comercial serán los encargados de separar los residuos que alimentarán el reactor, y serán los beneficiarios de la energía eléctrica producida, y también de los subproductos, agua para uso agrícola (biol) y composta.
Esta tecnología que ya se utiliza en diversas partes del mundo puede resolver problemas en la Ciudad y en los estados, mejorando así la calidad de vida de los habitantes, y aprovechando los residuos orgánicos para producir energía limpia.
Este biodigestor es único en el país puesto que se encuentra en el sitio donde se producen los residuos, una vez echado a andar, se verán los primeros resultados en generación de gas metano entre tres y seis meses, dando oportunidad al sistema para que se estabilice.
Iniciativas como esta, ayudan no solamente a las personas que se involucran en la gestión de residuos, también son una forma de recompensar a los ciudadano por haber aprendido la cultura de la separación de basura. ¡Una ciudad limpia no es la que más se barre, sino la que menos se ensucia!
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