La Península de Yucatán es un sitio privilegiado por muchas razones, en sus costas convergen el Mar Caribe con el Golfo de México, y justo ahí hace 65 millones de años en Chicxulub impactó un meteorito que se dice fue el que terminó con la vida de los dinosaurios.
Un kilómetro y medio es lo que separa la superficie del mar del sitio exacto donde está ese cráter, y ahora en un trabajo conjunto de más de 10 países pretenden descubrir qué fue lo que ocasionó realmente la caída de ese meteorito, que además de extinguir a los dinosaurios, terminó con tres cuartas partes de la vida del planeta en aquel entonces.
Una de las especies que surge después del meteorito es justamente la nuestra, los seres humanos y como el que busca encuentra, lo que quieren los científicos es identificar qué procesos sucedieron en la Tierra luego de que esa roca de 14 kilómetros de diámetro se impactara donde ahora es la Península Yucateca.
Además, curiosamente, ese mismo fenómeno llamado cambio climático y que entonces provocara un agente externo, ahora irónicamente los propios seres humanos lo estamos provocando de nuevo pero con una acción más directa sobre nuestro entorno.
El proyecto
El Proyecto Científico de Perforación del Cráter de Chicxulub, está formado por especialistas de diversas disciplinas y países tales como México, Canadá, Japón, Estados Unidos, Alemania, Francia, Austria, España y Puerto Rico, y la semana pasada se reunieron en Yucatán para planear qué sigue con respecto a esa investigación que les ha llevado ya dos décadas entre mapeo, estudios satelitales, toma de muestras, análisis de rocas y capas de suelo en tierra firme, pero el siguiente paso natural es adentrarse al mar y llegar lo más cerca posible al centro mismo del cráter.
Jaime Urrutia, doctor en Geofísica de la UNAM, comenzó los perparativos para esta fase de investigación submarina que empezó a planearse desde hace casi 10 años, lo que esperan es que para abril de 2016, un barco plataforma, esté instalado a unos 40 kilómetros de Puerto Progreso, desde él se va a taladrar poco más de un kilómetro para obtener muestras y llegar hasta donde originalmente golpeó el meteoro.
La UNAM, el Centro de Investigaciones Científicas de Yucatán (CICY), el Sistema para la Innovación y Desarrollo Tecnológico del Estado de Yucatán, el Consorcio Europeo de Perforación para la Investigación Oceánica y el Programa de Perforación Científica Continental Internacional, con fondos diversos y financiación internacional, tienen prevista una inversión de 10 millones de dólares desde este momento y hasta la perforación.
Pero no hay que alarmarse: la perforación no es para buscar hidrocarburos, por lo tanto, no hay riesgo de fugas que puedan dar al traste con el ambiente, y además la perforación será pequeña, de un diámetro que no excede los 50 centímetros, por si eso fuera poco, no se habla de una plataforma permanente, sino de un barco plataforma que estará ahí solo unos días, en una zona bien delimitada para prevenir y reducir el impacto ambiental.
De acuerdo con Sean Gulick investigador de la Universidad de Texas, lo que se pretende científicamente hablando es:
1. Entender cómo ocurre un evento de extinción masiva como el que provocó todos los cambios en el planeta hace 65 millones de años aproximadamente: ¿cómo se generó la desaparición de miles de especies y cómo esas mismas condiciones que provocaron destrucción hicieron posible el surgimiento de más vida?
2. Documentar cómo ocurre el impacto en sí, su mecánica. La ventaja del Cráter de Chicxulub para realizar una investigación así es su posición y las posibilidades de tener acceso a su formación original, lo que no ocurre con otros escenarios similares en el planeta Tierra.
3. Entender ¿qué pasó después?, ¿cómo se afectó el hábitat?, ¿qué condiciones específicas permitieron la continuidad de la naturaleza en la Tierra y cuáles en ese origen de otras formas de vida terrestre son similares a las que existían cuando inició previamente la vida en la tierra y las que existen actualmente?
De acuerdo con Ligia Pérez-Cruz, investigadora de la UNAM:
Los efectos posteriores al impacto del meteoro en la costa de lo que hoy es Yucatán, generaron un proceso de calentamiento global con procesos y temperaturas similares a las que estamos viviendo ahora. Entender cómo la naturaleza se fue adaptando entonces para que la vida continuara, podría ser muy útil ahora para todos. Además, estamos hablando de un fenómeno que terminó con tres cuartas partes de la biodiversidad en el planeta, el 75% de los seres vivos desapareció. No solo fueron los dinosaurios, fueron miles de especies y formas de vida más que dejaron de existir, mientras que otras surgieron.
Sabemos que ese meteoro ciertamente terminó con la vida de los dinosaurios, pero aún quedan muchas incógnitas de lo que pasó antes, durante y después del impacto, ojalá que los propios investigadores puedan ir desentrañando los misterios que guarda ese cráter en el fondo del mar.
Más información | UNAM
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