La premisa de la película Jurassic Park es que se había logrado dar vida a los dinosaurios a partir del ADN de un mosquito atrapado en un cristal de ámbar, y aunque esto de poder genera dinosaurios a partir de mosquitos aún no se logra, lo que sí puedo contarte es que en el ámbar se encuentran "atrapadas" muchas especies de insectos que vivieron en épocas remotas, cuando la Tierra tenía un aspecto distinto.
Justamente a descubrir nuevas especies atrapadas en ámbar y copal, se dedica la científica mexicana Mónica Solórzano Kraemmer. Para que su trabajo pueda entenderse mejor, Mónica ha desarrollado una historieta en la que con un lenguaje sencillo cuenta a las personas que no pertenecemos a la comunidad científica, qué es lo que buscan, cómo lo encuentran, y va interesando al lector en los nuevos hallazgos.
De hecho recientemente descubrió una mosca en una pieza de ámbar muy antigua procedente de Francia, pero como ese ámbar estaba ya bastante oxidado por el paso del tiempo y era de un tono muy oscuro, Mónica tuvo que recurrir a la tomografía computarizada para obtener una imagen en 3D del insecto que se encontraba ahí atrapado.
Los científicos estiman que las piezas más antiguas de ámbar tienen unos 320 millones de años, pero su investigación es una de las disciplinas más recientes que ha añadido la Sociedad de Investigación de la Naturaleza en Fráncfort Alemania. Mónica junto con investigadores de otros países dedican su tiempo a descubrir esos emisarios de estadios anteriores de la Tierra, que les permiten imaginar y recrear los ambientes en los que esos insectos habitaban. Las piezas más recientes de ámbar se crearon hace unos 13 millones de años.
En una pieza de 3 o 4 centímetros de ámbar o copal pueden encontrarse hasta 300 fósiles de especies únicas, sin embargo, lo común es encontrar entre uno y diez. En los 14 años que Mónica tiene dedicándose al estudio del ámbar y el copal, ha descubierto 30 especies.
La Sociedad Senckenberg, que se dedica al estudio de estas piezas, cuenta con una colección de más de 13mil fragmentos de ámbar y copal provenientes principalmente del Mar Báltico, en ellas se han encontrado al menos 300 holotipos es decir, ejemplares que han permitido realizar por primera vez la descripción científica de una especie.
Para conservar el ámbar en perfecto estado y prevenir su oxidación, debe resguardarse en un ambiente a 20ºC y con un 40% de humedad, y debido a que también es susceptible a la oxidación por el dióxido de carbono, su tiempo de vida es limitado. Aunque eso sí, no esperes encontrar una especie rara en el collar que te heredó tu bisabuela, es posible que haya algún insecto por ahí, lo más probable es que sea un ácaro que puede verse a través del microscopio.
No olvides que las piezas de joyería de ámbar se van oscureciendo con el tiempo, y es bastante difícil devolverles su brillo original, por eso en los armarios de la Sociedad Senckenberg, las piezas que tienen en su colección son cubiertas de una fina capa de resina que previene su oxidación.
Imágenes | Eme Equis
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